
La exposición “Manuel Muñoz Cedeño, un legado para la cultura” dedicada además a Rafael Cabrera, hijo del eminente músico bayamés, quedó inaugurada este martes en el Museo Provincial que lleva el nombre del instrumentador del Himno Nacional cubano, ubicado en los alrededores de la Plaza de la Revolución en esta ciudad, con la participación de descendientes de la familia Muñoz.
Manuel Muñoz Cedeño quien además instrumentó La Bayamesa, primera canción romántica cubana compuesta por Céspedes, Fornaris y del Castillo, nació en el lugar donde está ubicado este inmueble el 1ro de enero de 1813.
La antigua casa de grandes columnas en su fachada, al estilo ecléctico, fue durante el periodo republicano sede del Bayamo Social, sociedad de mulatos y negros que encontró el lugar idóneo para luchar por la igualdad, la justicia y contra la discriminación y segregación de la sociedad burguesa.
El 19 de octubre de 1982 , con la presencia del entonces ministro de cultura Armando Hart Dávalos y el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, sacerdote y político además, se efectuó la inauguración de esta instalación como museo histórico de Bayamo y luego adquirió el rango de Museo Provincial de Granma dotando a la ciudad de un lugar atractivo y único que conserva parte la historia local y objetos que se enmarcan en los periodos colonia, neocolonia y Revolución en el poder.
Hoy volvemos al sitio donde naciera el patriota, músico y albañil para celebrar cuatro décadas de creada esta institución, que entre sus funciones tiene la misión de conservar objetos de alto valor patrimonial, entre ellos, la tapa del violín con que instrumentó el Himno de Bayamo, su bastón, así como otros objetos familiares.
Pablo Marino Arcia Oduardo, artista plástico, descendiente de Muñoz Cedeño, donó la obra ” Músico y creador” al Museo Provincial. La pieza un acrílico sobre lienzo muestra una imagen contemporánea del instrumentador del Himno de Bayamo.
La figura de Manuel Muñoz Cedeño constituye un legado cultural no solo para Cuba y para la ciudad que lo vio nacer, sino también, para sus descendientes, ya sean Cabrera, Rivero y de otros apellidos, entre ellos quienes decidieron llevar la profesión del arte en varias manifestaciones como expresión de lo más genuino y noble del apellido Muñoz.