Para salvar la ganadería granmense

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Por Juan Farrell Villa | 22 octubre, 2022 |
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FOTO/Luis Carlos Palacios

Los hechos contra el ganado alcanzan la cifra más alta de los últimos años y  la provincia de Granma no ha podido frenar el hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor (HSGM) aun cuando se autorizó, desde el 2021, a los productores agropecuarios que cumpliera determinados requisitos, a consumir y comercializar las carnes de sus reses.

A pesar de esa añorada medida, el delito en este decisivo sector de la provincia implica incumplimientos que exige poner disciplina en municipios, empresas y unidades empresariales de base, donde la falta de control ha propiciado esta nociva práctica que daña la alimentación del pueblo.

En recientes análisis del Partido y Gobierno se profundizó en el tema, signado por la desatención a los animales por parte de las administraciones y propietarios, máximos responsables de protegerlos.

Animales sueltos en las vías, provocando accidentes de tránsito o comiéndose los cultivos, lo que ocurre con sistematicidad, no obstante aprobarse el Decreto 70  sobre contravenciones personales, que en sus artículos e incisos, establece multas de entre cinco  y 20 mil pesos a los tenentes de ganado que violen lo establecido.

Hasta el cierre de septiembre el territorio tiene una afectación en el rebaño del ganado mayor por hurto y sacrificio ilegal de 3 mil 611 cabezas, mil 975 más que en igual etapa del año anterior; corresponde al privado 3 mil 369; a entidades de la Agricultura, 184 y pertenecen a otros organismos 58.
De los ejemplares muertos, 3 mil 539 son vacunos y  otros 2 mil 72 équidos; todos los municipios y sectores crecen de forma negativa.

Jiguaní, Guisa, Bayamo, Cauto Cristo y Buey Arriba concentraron el mayor número de hechos en consejos populares y bases productivas, en los que fueron  definidas acciones inmediatas para resolver la situación.

Pero son estos municipios que muestran  un deficiente escenario delictivo, los que  incumplen directamente indicadores como la entrega de carne a los destinos priorizados por el Estado y de leche a la industria láctea para la distribución a la canasta básica familiar,  en particular a niños y personas con dieta médica.

Asimismo, otras negligencias que propician tales hechos son el pastoreo en áreas con malezas y sin custodia, y problemas en la iluminación de los lugares donde se estabula; sin embargo, algunos propietarios con  sentido de pertenencia buscan alternativas ante las actuales carencias, para mejorar la seguridad de las corraletas y disminuir los hurtos e incluso erradicarlos.

Ganar la batalla en el esclarecimiento del delito,  perfeccionar la labor del Centro de Control Pecuario e   impulsar la inseminación artificial, resultan, entre otros, los retos a vencer para salvar a la ganadería granmense.

 

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