
¿Quiénes sostendrán el imprescindible progreso económico y social cubano, si el tiempo transcurre a la velocidad de la luz y, aun así, hay cada vez menos jóvenes para reemplazar a los viejos, los que, por demás, como bien reza el dicho, “no nacieron para semillas”?
Esa interrogante, hecha con toda la profundidad posible, atañe hoy como nunca a cada hombre y mujer cubanos, con responsabilidad a cualquier nivel, desde los cuadros encargados de impulsar las estrategias de desarrollo, hasta cada ciudadano con una cuota de aporte a la dinamización que, en lo económico y social, urge al país y a cada uno de sus territorios, todo por el bien colectivo.
Efectivamente, tal cuestionamiento centró los intercambios producidos recientemente en Granma, a propósito de una visita del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (CEDEM), encabezada por su director, el Doctor en Ciencias Antonio Aja Díaz.
Caracterización sociodemográfica territorial
Granma comparte, con el resto de los territorios cubanos, variantes y comportamientos que determinan la necesaria articulación de las políticas definidas para atender su dinámica demográfica.
Así lo corrobora el informe realizado para la ocasión, el cual señala que, la tasa media anual de crecimiento y la tasa de crecimiento natural de la provincia presentan niveles negativos; y que, particularmente la tasa de crecimiento natural, ha mantenido tendencia a la disminución en los últimos cinco años, más en el 2021.
Del estimado de más de 800 mil habitantes registrado desde el año 1992, hoy existe aquí una tendencia a la disminución de la población, con el mayor número de habitantes concentrados en el grupo de 45 a 59 años, mientras la pérdida de población es más recurrente de 40 a 44 años.
En sentido general son altos los niveles de envejecimiento; crece la población de 60 años y más, superando el 20 por ciento y, particularmente, el territorio del Plan Turquino presenta un creciente despoblamiento y envejecimiento progresivo. En este último es evidente un descenso en los niveles poblacionales, pues en siete años, se observa una pérdida de más de ocho mil 900 habitantes.
Frente a los anteriores comportamientos, y al hecho de que en el 2021 se duplicaron las defunciones (que también superaron los nacimientos), la fecundidad se comporta por debajo del nivel de reemplazo. Como elemento negativo, la fecundidad adolescente adquiere los valores más altos del país, y las zonas rurales siguen siendo los escenarios más recurrentes para ello.
Un dato que guarda relación con el anterior indicador, es el hecho de que la población femenina sigue siendo menor que la masculina, lo cual influye en que las tasas de fecundidad y reproducción mantengan una tendencia a la disminución. El pasado año alcanza los menores niveles; el número de hijos por mujer decrece, y aún no se garantiza el valor deseado de una hija por mujer.

En cuanto a los recursos laborales, el reemplazo de la fuerza laboral no es elevado, y no existen marcadas diferencias entre las edades pre y post laboral, incluso cada año se acortan las distancias, lo cual evidencia las dificultades para el reemplazo de forma adecuada.
A todo lo anterior se une un saldo migratorio negativo, la provincia ya caracterizada por movimientos de tipo interno, ha tenido que enfrentar este año, como el resto de los territorios cubanos, un mayor éxodo, sobre todo de jóvenes.
Acciones
Tampoco difieren las acciones del territorio para la atención a la dinámica demográfica, entre estas la identificación de personas con condiciones para cuidar niños y contribuir a que las madres puedan emplearse, ante la necesidad real de capacidades en los círculos infantiles.
Han sido identificadas, también, poco más de cinco mil madres con tres o más hijos, de ellas 726 conviven en comunidades en situación de vulnerabilidad que están recibiendo acciones de transformación.
La entrega de prestaciones monetarias temporales a 284 núcleos, y de recursos materiales (camas, colchones, calzado, prendas de vestir …) a 485 madres y sus hijos; el beneficio con el Servicio de Asistente Social a Domicilio a 806 núcleos, con 874 beneficiarios (incluidos 640 adultos mayores, y 231 personas con discapacidad), igual pueden citarse en el amplio programa.
Reservas y objetivos
Mas, como bien señalara el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, es importante que, en materia de dinámica demográfica, el país realice un trabajo con más inteligencia, intenso, y con un seguimiento adecuado.
En correspondencia, según destacó durante su visita, el director del CEDEM, Doctor en Ciencias Antonio Aja Díaz, se procura consolidar y articular políticas, con prioridad para los programas reproductivos, incluida la reproducción asistida, y el apoyo a las mujeres que aún con más de 30 o 40 años deseen procrear.
Dentro de la estrategia, dijo, “un objetivo esencial es fomentar la participación de la población mayor de 60 años en tareas económicas, políticas y sociales.
“Se trata -puntualizó-, de cambiar el esquema, de que envejecimiento es sinónimo de enfermedad, de asistencialismo, porque no en todos los casos lo es (hay enfermos jóvenes y adultos saludables), y además tenemos que tratar de que no lo sea.
“Un país que va a tener un 30 por ciento de población envejecida, tiene que lograr funcionar con ese equilibrio, a partir de tener un envejecimiento activo y productivo”.
En tal sentido, recordó, se modificó la ley de jubilación, y ahora se admite que toda persona en edad de jubilación pueda recontratarse, incluidos cargos de dirección.
“No hay nada que lo impida a ningún nivel, aclaró Aja Díaz, pues se trata de utilizar al máximo la capacidad de una población mayor de 60 años, pero que todavía puede ser útil por los niveles de educación e instrucción creados por la Revolución”.
Al mismo tiempo, es imprescindible saber qué cantidad de jóvenes tenemos, qué hacen, cómo se insertan en la actividad económico-productiva de cada lugar, y cuántos migran.
“Hay que invertir en ellos, destacó el científico, tratar de cambiar su percepción de que la única salida es irse del municipio, de la provincia o del país, cual sea el caso, y también la percepción de que hijos aquí no tengo, porque el futuro no está aquí”.
Por supuesto, como bien precisara el director del CEDEM, cambiar tal percepción parte primero de desarrollar el país, de que el Producto Interno Bruto impacte en cada hombre y mujer, y para lograrlo, todos tienen que aportar, incluidos los jóvenes que trabajan hasta las 12 o no lo hacen, y muchos de los cuales luego se van del país y aseguran que allá sí hay que trabajar.
“Lo anterior, reconoció Aja Díaz, pasa por el valor del peso, por los salarios, una cuestión que también ineludiblemente deberá transformarse”.
El asunto es complejo, pero está claro que los viejos, reiteramos, no nacieron para semillas, y entre lo mucho que objetivamente puede hacerse para modificar nuestra dinámica demográfica, está apoyar y enamorar a esos jóvenes de los proyectos novedosos que se diseñan, como las micro, medianas y pequeñas empresas, en las cuales pueden insertarse con ideas frescas, para generar bienes de gran demanda interna y externa, y mayores ingresos colectivos y personales.
Por lo demás, y como plantean otros especialistas, la familia tendrá cada día un tamaño menor y funciones más complejas, por lo tanto, es imprescindible eliminar la sobrecarga doméstica en las mujeres y erradicar viejas concepciones sexistas que obstaculizan en la práctica el pleno ejercicio de la igualdad.
Potenciar con ideas nuevas y otras viejas válidas de rescatar, las industrias de materiales de la construcción, para asegurar una vivienda digna a esas mujeres dispuestas a procrear, también está entre las acciones a consolidar, para fraguar desde nuestra adultez, el futuro de los hijos y nietos que el país necesita que le aportemos.