
“Nací en Buey Arriba, desde hace muchos años vivo en San Pablo de Yao y llegué a la TV Serrana como casi todos mis compañeros. La convocatoria a un taller de realización audiovisual en 1998 me trajo a este acogedor lugar.
“Entraba a un mundo desconocido, a ver la vida mediante el video y el documental, algo así como observar cada detalle en los que nunca detuve la mirada. Una arista diferente apreciada desde el punto de vista artístico y creativo.
“Concluía cerca de tres meses de capacitación intensiva y, a propuesta de Daniel Diez, comencé en la producción audiovisual, aunque el trabajo con las cámaras me fascinaba, hasta que un camarógrafo se marchó y pasé a la fotografía.
“Las relaciones interpersonales y de trabajo eran maravillosas, colectivamente aprobábamos los proyectos, hacíamos las pruebas de factibilidad, debatíamos mucho… de manera que, a veces, la idea inicial terminaba en otra más completa y enriquecida.
“Eran tiempos de aprendizaje muy intensos, maravillosos, sobre todo el trabajo con niños y comunidades, en los que al regresar durante la noche y al escuchar el sonido del carro en que viajábamos, Daniel, el director, nos esperaba en la puerta de la institución con la consagrada pregunta:
-A ver, muchachos, ¿Cómo les fue?
“Esa sencilla interrogante nos imprimía confianza y compromiso a la vez, igual sucedía cuando recibíamos cualquier premio o reconocimiento, lo celebrábamos en forma de cumpleaños.
“Hay un documental que me marcó enormemente como profesional de la fotografía, se llama Isla, una comunidad de Arroyo Prieto, a 12 kilómetros de la televisora, donde un grupo de mujeres se ocupaban de la fabricación de carbón vegetal.
“La realizadora Lenia Sainiut Tejera León se acercó al lugar y conoció que se trataba de un barrio entero dedicado a esa labor. A medida que transcurría la investigación, cambió la idea del documental, fue uno de los trabajos que me marcó muchísimo como fotógrafo.
“Otros materiales con similar impacto fueron: Más allá del tiempo, filmado en Banco Arriba y A través del tiempo, en Yao Vivero, de la realizadora Ariagna Fajardo Nuviola, que narra la historia de Inés Frezneda, una señora que pasó más de 40 años sin salir de
la casa, víctima del machismo y de su educación patriarcal.
“Cada documental te acerca a la vida de las personas, genera experiencias, creces como artista, amplías el universo cultural, el intercambio con otros realizadores, conoces mejor la serranía que te rodea, su identidad…
“La TVS es el horizonte que buscan muchos jóvenes como yo, sin él, la comunidad no viviría, como tampoco lo haría la institución sin las tradiciones, costumbres y la esencia humana de nuestra gente, que tanto aportan a la realización de los audiovisuales serrano”.