El río que late en mi corazón

IRIANA PUPO SERRANO, UNA MUJER DE MONTAÑA Y RIO,NACIÓ EN BAYAMO, FIGURA ENTRE LAS FUNDADORAS DE TV SERRANA Y DIRIGE TELEVISIÓN EN VIVO EN CREARTV, UN ESTUDIO DEL MINISTERIO DE CULTURA
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Por Luis Carlos Frómeta Agüero | 4 febrero, 2023 |
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Foto perfil de facebook de la testimoniante

“Llegué a la Televisión Serrana (TVS) el 15 de enero de 1993, como sucede en las cosas más importantes de mi vida: mi madre me impulsa y yo la sigo.

“Concluía un curso de adiestramiento en la filial del Instituto Superior de Arte de Holguín, donde coincidimos: Rigoberto, Nilka, Marlen, Waldo… devenidos fundadores de la referida institución.

“Queríamos contar las leyendas campesinas de la serranía granmense: realidades, esencias, problemas, alegrías, tristezas, dignidad… cuyos actores serían los representantes de esa ruralidad.

“La TVS es una categoría de mi mente empleada como arma de un sueño,que hace más transparente la turbulencia de aquella época, cuando subíamos por las noches a nuestras cabañas para hablar de cine, literatura, política, a crear, vivir y sustentar las bases de una cultura.

“Allí permanecí 12 años como editora, en el montaje de muchos documentales: La chivichana, Oficios de hombres, Como por primera vez, Freddy o el sueño de Noel, La tierra conmovida, Tocar la alegría…

“Pasaba interminables jornadas ordenando aquellas historias y, a la vez, desempeñándome como profesora de edición, montaje y preparación de los realizadores que hoy trabajan en la institución.

“Otra parte del tiempo la dedicaba a los niños: hacíamos juegos didácticos, les enseñaba cómo hacer televisión, a confeccionar sus juguetes…y cuando en la escuela faltaba algún maestro, cubríamos ese espacio.

“Trabajaba con las mujeres de la comunidad en el montaje de obras teatrales, conversábamos sobre género, equidad, autoestima y de ellas aprendí cómo criar a mi hijo Waldito, bajarle la fiebre, curarlo o elaborar una determinada comida para él, ayuda de la que siempre estaré agradecida.

“En medio de ese pueblo, a veces resulta difícil discernir si viste en el cubículo de edición, o en la calle, al que sube a la palma para recoger palmiche, al poeta que escribe como una gota de agua, al historiador, al arriero, al herrero, al médico, a la espiritista del barrio…

“En los finales de mi permanencia en la productora audiovisual, quise hacer un documental que perdurara como tatuaje en el lugar donde fui feliz, aporté y aprendí. Era mi agradecimiento a ese espacio de amor, fe y lealtad.

“Lo titulé Paraísos perdidos, material por encargo, en el que los enfermos mentales aconsejan a los ‘cuerdos’ de la vida. Me fui al hospital psiquiátrico Manuel ‘Piti’ Fajardo, de Manzanillo, con experiencia en las terapias alternativas comunitarias.

“Al retirarme, uno de los pacientes, Felipe Calafell, poeta manzanillero, sentado en un parque cercano, decía un poema a gritos: -¡ahí está el documental!-pensé. Bajé los equipos y fuimos hasta el mar. Expresó palabras y conceptos tan hermosos, que me llevaron a visitarlo con frecuencia.

“El día de la premier asistieron los pacientes, la dirección asistencial y representantes del Centro de cine que entregaban una rosa amarilla a cada participante.

“Cuando presenté el audiovisual, Felipe se levantó y muy nervioso pronunció algunas palabras: ‘…y me callo porque intento parecerme a Lezama Lima. Mejor te doy mi rosa’,

“La trajo hasta mí, todos se pusieron de pie y cada uno de los presentes me entregó su flor. Protagonizaba uno de los momentos más felices de mi vida, aunque desde aquel día no he vuelto a ver al protagonista.

“Un inevitable giro me llevó a La Habana, pero nadie podrá arrebatarme los placenteros días vividos en la serranía, ni desatar el apego con los que luego refundaron y mantienen el proyecto a salvo con toda su pureza.

“A veces, mientras camino, pienso en la Sierra. Mis ojos no lo pueden evitar: viajan a la montaña, al verde paisaje, al mirador testigo de nuestras risas y llantos ahogados, al sonido del río crecido que late en mi corazón, como prerrogativa de los seres felices.

“Lo confieso. Siento nostalgia”.

 

 

 

 

 

 

 

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  1. Iriana es una de esas personas sencillas y anónimas que te encuentras en la vida, a veces en varias ocasiones como en el Boulevard de Sabana Grande, el parque de Buey Arriba, el Hospital Pando Ferrer o la calle Línea del Vedado, pero que siempre mantiene su identidad, si esa, la del cubano común que se mantiene aferrado a sus raíces, a su patria, a su familia, a sus amigos. Felicidades amiga.