Rosalía Lourdes Elisa Palet Bonavia (nuestra Rosita Fornés), nació el 11 de febrero de 1923 en el Woman’s Hospital (110th Street y Amsterdam Avenue), de Nueva York, Estados Unidos, hija de padres españoles radicados en Cuba, que habían arribado a la urbe estadounidense a bordo del barco Orizaba, el 1 de agosto de 1922.
En 1933, la familia emigró a España; estableciéndose primero en Madrid y posteriormente en Valencia. En este tiempo en la península ibérica, aumentó su interés por la canción y Rosita aprendió cuplés y coplas en boga por esa época.
Allí permaneció la familia hasta que estalló la Guerra Civil en 1936, decidiendo entonces regresar a Cuba; embarcándose en el trasatlántico Manuel Arnús. A bordo, es donde realiza su primera presentación en público, a los 13 años de edad, interpretando el tango Silencio en la noche, de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, acompañada al piano por otra pasajera, quien era una concertista santiaguera.
El 12 de septiembre de 1938 se presentó en los estudios de una estación radial capitalina, cantando la milonga La hija de Juan Simón, acompañada por el andaluz Manolo Tirado en la guitarra, ganó el concurso y adoptó su nombre artístico: Rosita Fornés.
Durante su preparación inicial recibió clases de música con el profesor Juan Antonio Cámara; de canto con el tenor Mariano Meléndez y con los maestros Lalo Elósegui, Dominicis y Dalmau; de actuación con la actriz Enriqueta Sierra y de baile con Margarita Lecuona.
Con las estrellas nacientes del programa, continuó participando, como aficionada, en espacios radiales y en giras nacionales dirigidas por Germán Pinelli. Con el mismo grupo, participó en el coro y bailó en la contradanza en un montaje de la opereta cubana Cecilia Valdés, del compositor Gonzalo Roig, en el Teatro Nacional (hoy Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana), el primer escenario que pisó como artista.
Su entrada grande a los escenarios la hizo en el Teatro Principal de la Comedia, el 28 de junio de 1941, a los 18 años de edad, de la mano de Antonio Palacios, su padre artístico, con la opereta El asombro de Damasco, en el rol de Zobeida.
Allí conoció al maestro Ernesto Lecuona, quien la invitó a participar en su compañía lírica en la que debutó en el rol de Isabel Ilincheta de la zarzuela Cecilia Valdés, en el Teatro Auditórium (hoy Teatro Amadeo Roldán).
En 1945, a los 22 años de edad, había hecho carrera, era previsible que levantara vuelo y buscara nuevos horizontes; la nueva “conquista” fue México. Debutó en la cinematografía azteca en la película El deseo, de Chano Urueta, una adaptación de la novela homónima del escritor alemán Hermann Sudermann.
Terminado el rodaje regresó a Cuba donde continuó su ritmo habitual. Meses más tarde fue contratada por el empresario argentino Roberto Ratti para debutar en el Teatro Arbeu de Ciudad de México, como primera vedette de la Compañía de Revistas Modernas, junto con artistas argentinos, mexicanos y cubanos, presentando en diciembre la revista Ritmos y canciones de América, con gran éxito.
Como vedette protagonizó innumerables revistas en los teatros Arbeu, Lírico y Follies. El 15 de septiembre de 1946 inauguró el Teatro Tívoli, con la representación de la revista Chofer al Tívoli. La Asociación de Periodistas Mexicanos la proclama Primera Vedette de México, galardón repetido entre los años 1946 y 1950; mientras que en 1951 y 1952 es declarada Mejor Vedette de América.
Al mismo tiempo, continúa trabajando en la radio mexicana e interviene en cinco películas: Se acabaron las mujeres (1946), La carne manda (1947), Cara sucia (1948), Mujeres de teatro (1951) y Del can can al mambo (1951).
En 1947, viajó hacia los Estados Unidos, estrenándose en el Teatro Madison de Los Ángeles, recorrió además San Francisco, San Diego, San Antonio y Texas.
El 20 de diciembre de 1947 se casó con el actor mexicano Manuel Medel, fruto de esta unión llegaría su única hija, Rosa María, nacida el 10 de marzo de 1949.
Durante la década de 1980 la revista cubana Opina crea el Premio Girasol, certamen en el que le entregaron el Girasol de Cobre (1982) y el Girasol de Cristal (1984). Se alza con el Premio de actuación femenina en el Festival de Teatro de La Habana de 1984, por su interpretación de Violeta en Confesiones en el Barrio chino.
Recibe La Charola de plata en México, 1984- otorgada por la Delegación Benito Juárez y el Distrito Federal como artista del pueblo. Obtiene un Premio Especial de Interpretación en el Concurso Guzmán, en 1984, por la canción El Comediante (José A. Quesada).
Durante la Gala por su 50 Aniversario en el Arte (1988), le entregan un Diploma de artista emérita de la UNEAC. También en 1988, es merecedora del premio La Giraldilla, símbolo de la Ciudad de La Habana.
En 1995 recibió la Orden Félix Varela. También resultó galardonada con el Premio del Gran Teatro de La Habana (1988) y los Nacionales de Teatro (2001), Televisión (2003) y Música (2005).
El 12 de septiembre de 2008 arriba a su 70 aniversario escénico, por tal motivo el 18 de octubre se le rindió un homenaje en el Anfiteatro del Casco Histórico de La Habana, espectáculo fue grabado por la Televisión Cubana y emitido posteriormente el 8 de febrero de 2009 en el espacio ¡Bravo!.
En febrero de 2011, don Juan Carlos I, rey de España, le concede la Orden del Mérito Civil, la cual le fue impuesta por Ramón Cacho, embajador del país ibérico en Cuba.
Rosita Fornés falleció el 10 de junio de 2020 a los noventa y siete años, en Miami, a causa de un enfisema pulmonar. Fue enterrada en el panteón de la familia en el cementerio Colón de La Habana.