Museo Bacardí, acercamiento al patrimonio universal

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Por Luis Carlos Frómeta Agüero | 12 febrero, 2023 |
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Foto Archivo: Museo Emilio Bacardi – Santiago de Cuba

El Museo Bacardí, ubicado en Santiago de Cuba, fue inaugurado el 12 de febrero de 1899, por iniciativa y encomiable labor de Emilio Bacardí Moreau, quien entonces era el alcalde de la referida ciudad.

Inicialmente, abrió sus puertas como Museo y Biblioteca Pública de Santiago de Cuba y ostenta el nombre de su insigne fundador Emilio Bacardí, por disposición del ayuntamiento, al donar su viuda Elvira Cape, en 1927, el edificio que hoy ocupa.

Con el objetivo de recuperar las reliquias de las guerras de independencia, el entonces alcalde Emilio Bacardí Moreau contactó con miembros del Ejército Libertador entre ellos Federico Pérez Carbó y con ex oficiales del Ejército español. A su vez, numerosos patriotas y familiares de aquellos que habían participado en las gestas libertarias, hicieron donación de objetos que  enriquecieron la colección de la institución.

Durante la guerra de independencia de 1895, el gobierno español gestionó la llegada a Cuba de una colección de pinturas europeas procedentes del Museo del Prado. El fin era realizar exposiciones y otras actividades que restaran significación a la contienda, pero este propósito no dio resultado.

Posteriormente el gobierno interventor envió las obras a los Estados Unidos, pero Bacardí logró que algunas fueran destinadas al Museo, sobre todo el conjunto del pintor neoclásico alemán Rossler, del italiano Guido Reni, y los españoles Juan Pantoja de la Cruz y Federico de Madrazo.

En la sala de Historia se guardan objetos relacionados con los primeros pobladores que llegaron a nuestro país: objetos de trabajo y ornamentales, vasijas e ídolos relacionados con las comunidades aborígenes.

También artículos estrechamente relacionados con las luchas independentistas y en la de Etnografía están la momia egipcia adquirida por Emilio Bacardí y las dos, similares peruanas, donadas al entonces Director del Museo Fernando Boytel en 1951.

En otra vitrina puede observarse el frac y el chaleco usados por José Martí la noche del 26 de noviembre de 1891, en su primera visita a Tampa, cuando en el Club Ignacio Agramonte pronunció su discurso para la propaganda de organización del Partido Revolucionario Cubano.

Se expone también el estuche dental con doble fondo, que sirviera para transportar correspondencia secreta que llevaba el doctor Zambrano de Nueva York a Manzanillo en 1894. Así como los fragmentos del primer ataúd de madera y el lazo-corbata que usaba Martí cuando murió en combate y que recogiera de entre sus restos depositados en el nicho 134, el Coronel del Ejército Libertador Federico Pérez Carbó.

De manera que si un día de estos llega a la ciudad de Santiago de Cuba, no deje de visitar el Museo Bacardí.

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