Diversas acciones y la alerta ante las ocurrencias de los incendios forestales y no forestales aumentan en la sur oriental provincia de Granma.
Autoridades y especialistas del Cuerpo de guardabosques (CGB) reiteran el llamado de incrementar las medidas preventivas y tener mayor percepción del riego, en este período crítico, agudizado por la intensa sequía que azota más de lo habitual al territorio.
El cambio climático, altas temperaturas, los vientos y el creciente volumen de material combustible, listo para arder, constituyen los peligros que rondan la provincia.
Además, incurren con actitud negligente los fumadores, choferes que circulan en vehículos sin matachispa, cazadores y pescadores furtivos o castradores de colmenas silvestres, junto a campesinos con nocivas prácticas como la quema descontrolada de desechos agrícolas y potreros, para eliminar las hierbas y plagas.
Ante las condiciones meteorológicas y prácticas incorrectas de algunos ciudadanos resulta necesario limitar, al máximo, el uso del fuego en los bosques y las quemas forestales y agropecuarias, de acuerdo con las normas vigentes.
Al cierre de febrero último en la provincia se produjeron 24 incendios con daños a 85.9 hectáreas de bosques naturales, plantaciones y malezas en ciénagas costeras.
Las mayores afectaciones están localizadas en los municipios de Guisa, Yara, Campechuela, Bartolomé Masó y Buey Arriba, fundamentalmente en el patrimonio de la Empresa agroforestal Granma.
Se incluyen las áreas ganaderas con otros 30 incendios en 148 hectáreas de pastos y malezas, ubicadas en las localidades antes mencionadas y Bayamo, Jiguaní y Cauto Cristo, además, en más de una decena de cañaverales, pertenecientes a las empresas agroindustriales azucareras.