Huella de amor y humanismo (+ fotos)

Pronto de regreso a la Patria, integrantes granmenses de la Brigada Henry Reeve
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Por Yaimara Pérez Reyes | 11 marzo, 2023 |
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Los galenos granmenses brindan atención médica/ FOTO cortesía de los colaboradores

El reciente 6 de febrero, el mundo amaneció bajo la triste noticia, de uno de los sucesos más abrumadores de los últimos años, los dos terremotos de magnitud de 7,8 y 7,5, que sacudieron a los países de Turquía y Siria.

A pocas horas del desastre, las autoridades gubernamentales y del Ministerio de Salud Pública de Cuba activaron las fuerzas del Contingente internacional de médicos especializados en situaciones de desastre y graves epidemias Henry Reeve, brigada médica a la que pertenecen dos granmenses, Leonardo Daniel León Acosta, especialista en Medicina General Integral, de Niquero, y César Quesada Matos, epidemiólogo bayamés, quienes cumplen su misión en zonas afectadas por el evento sísmico.

Desde esas lejanas tierras, César Quesada Matos sostuvo varios diálogos con el periódico La Demajagua, pues el doctor León Acosta, embargado por la emoción, aunque acompañó sus palabras, dejó en manos de su colega la responsabilidad de la narración.

“Saber del gran desastre, me conmocionó, y traté de informarme de lo que aconteció y las características del lugar y de su población.  En un primer momento, yo iba para Siria, pero deciden cambiarme el rumbo, y me envían a Kahramanmaras, al sur de Turquía, lugar del epicentro del segundo terremoto.

Leonardo Daniel León Acosta, especialista en Medicina General Integral, de Niquero/ FOTO cortesía de los colaboradores

“Sabíamos que era un país con mucho desarrollo, y nos preocupaba el tema del idioma, pero al llegar a Estambul, fuimos muy bien recibidos por embajadores de Cuba y autoridades turcas, además de los miembros del Comité José Martí, que es un contingente de solidaridad con nuestro país, que nos ha acompañado en todo momento.

“La acogida en el hospital de Nepsi Fazil fue conmovedora, en ese centro asistencial fue donde laboramos por casi más de un mes, allí también se personaron autoridades del gobierno, y otras organizaciones no gubernamentales de esa localidad, que nunca nos abandonaron, fueron muy atentos con los cubanos”.

Con la voz entrecortada Quesada Matos, nos cuenta que la realidad y la expectativa fueron dolorosas: “No nos imaginábamos que la realidad sería más compleja, era evidente la necesidad de ayuda no solo médica, sino afectiva, el dolor por las pérdidas humanas los había debilitado.

“El personal médico de allí nos tomó mucho cariño, con el paso de los días, nos buscaban para todo, para tomar un té, para hacernos fotografías, las mujeres de Taquia, por ejemplo, no comparten con hombres que no conocen mucho, y ellas, en ese caso, hasta nos abrazaban; eso nos conmovió, no pensamos que esas excepciones ocurrieran, se le escapa un sollozo al que sucede un insondable silencio, la conversación continúa en otro tono, como si tuviese que reunir fuerzas.

“Estando en Kahramanmara, vivimos una dura sacudida ocurrida a pocos kilómetros, en el poblado de Hatay. Fue de noche, y de una magnitud de 6,3, en ese momento nos tocó demostrar lo que habíamos aprendido para situaciones de desastre, no corrimos, mostramos calma, y concentración en los movimientos, no podíamos aumentar su pánico, al contrario, teníamos que transmitir calma.

El epidemiólogo bayamés César Quesada Matos, profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de la capital provincial, junto a niños turcos/ FOTO cortesía de los colaboradores

“Los integrantes de la brigada demostraron su preparación. Nos auxiliamos de las características típicas de los cubanos, acompañamos la valentía con la jarana, el cubaneo nos ayudó a relajarlos, y a pasar el susto de ese movimiento sísmico, que realmente fue fuerte.

“Pasamos la noche despiertos, los responsables de la misión no nos dejaron solos ni un segundo, los miembros de la brigada se mantuvieron unidos.

“En Turquía dejamos la experiencia de la Medicina cubana basada en los métodos clínicos, que no es una característica de ellos, aquí están demasiado tecnificados, no intercambian mucho con el paciente, mientras que nosotros hacemos exámenes físicos, para nosotros es imprescindible el contacto directo; sin embargo, ellos usan mucho las tecnologías.

“De este país nos llevamos los increíbles avances tecnológicos, las experiencias vividas, una rica cultura culinaria, el calor humano y el respeto que nos mostraron en todo momento. Nos llevamos en el corazón el llanto de un pueblo que perdió miles de amigos, familiares, hijos, la dura devastación de una ciudad, que quedó bajo una desolación total”.

Con lágrimas en los ojos, Quesada Matos, dijo: “Nunca voy a olvidar lo vivido aquí, me llevo una historia para mis alumnos, una experiencia más que fortalecerá el humanismo que nos enseñan desde la cuna, en nuestro país, llevaré a las clases cada detalle, tanto científico como humano.

César Quesada Matos y Leonardo Daniel León Acosta/ FOTO cortesía de los colaboradores

“Mis planes inmediatos son seguir mi vida docente, acompañar a mis estudiantes en su formación académica, continuar preparándome para nuevos llamados, es un orgullo para mí pertenecer al Henry Reeve, que fue constituido el 19 de septiembre de 2005 por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

“A ustedes, a los periodistas de este órgano de prensa, gracias por acompañarnos desde Granma, en esta misión, gracias por el tiempo que nos dedicaron, gracias, porque en momentos como estos cada diálogo ayuda a ser mejores, gracias por dedicarnos esas horas en las madrugadas con la intención de animarnos, gracias.

“Dentro de pocas horas regresaremos a la Patria, con el deber cumplido, llevamos en el corazón a muchos compañeros nuestros que aprendimos a querer aquí, a Granma nuestros saludos, y la promesa de que nunca defraudaremos a la provincia”.

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