
Fue una idea redonda, con la marca de la sencillez, pero capaz de atrapar desde el primer instante.
Se le pudo llamar “tertulia”, “charla” o “encuentro”, lo cierto es que invitar a Carlos Martí Santos a la Biblioteca provincial 1868 para conversar sobre su vida resultó una iniciativa excelente, que volvió a descubrir al ser humano, por encima del laureado director de béisbol.
Lo mejor es que no hubo formalidades ni esquematismos y que Carlos descorchó recuerdos de hace casi 60 años, una época en la que Bayamo contaba con varios terrenos de pelota, lamentablemente sepultados hoy.
“El deporte era distinto, las competencias entre las escuelas se convertían en fiestas”, dijo con cierta nostalgia el mánager que dirigió 33 veces a la selección de Granma.
Varios de sus contemporáneos como Máximo Gómez Castells (que ofició como presentador y conductor), Carlos Rodríguez Lora, Teófila Acea Antúnez y nuestro fotógrafo Luis Carlos Palacios Leyva también hablaron de aquellos tiempos románticos e inolvidables y eso le dio mayor emoción al diálogo.
Escuchándolos, uno cae en la cuenta de la falta que nos hace extraer lecciones del pasado, rescatar experiencias positivas, buscar más a personas como estas, que nos abrieron un camino.
Si feliz fue llevar a la biblioteca a coetáneos de Martí Santos, genial resultó invitar al lanzador Ernesto Leonel Guevara Ramos, quien se refirió a sus inicios, precisamente bajo la égida del reconocido timonel.
El exserpentinero expresó con naturalidad que pasó 12 de sus 16 series nacionales dirigido por Martí. “Era un mánager que regañaba fuerte, recio, cuando se molestaba había que estar bien lejos, siempre fue muy recto pero a la vez enseñaba”, señaló el integrante de varios equipos nacionales.
“La primera vez que se fue (1993) se perdió la magia, muchas cosas cambiaron, sin ánimo de ofender a nadie, porque cada director tiene su librito”, añadió el derecho oriundo de Niquero.
Acaso los segmentos más impactantes del encuentro estuvieron ligados a las palabras de algunos de los presentes, quienes se refirieron al Martí conversador, gastador de bromas, amigo, gente afable, caminador hasta el mercado y, por excelencia, modesto.
Esa humildad lo llevó a decir que no era merecedor de tantos elogios, que los éxitos alcanzados por Granma en la pelota se deben a muchos entrenadores, desde la base hasta los de la selección y, por supuesto, a los atletas.
Sencillo como es, lejos de la pompa, el director, de 74 años, agradeció a sus contemporáneos, a los trabajadores de la biblioteca, a todos los asistentes, incluyendo al director provincial de Cultura Yordan Roberto León Rodríguez.
Entre los que escucharon sus anécdotas, también, se encontraban la parapesista subcampeona mundial Leidy Rodríguez y su entrenador Ramón Martínez y la integrante del equipo nacional femenino de béisbol Yoidania Castro Valdés, quienes junto a Martí y Guevara recibieron modestos presentes.
Al final, el mánager-historia se hizo decenas y decenas de fotos junto a los presentes, divididos en grupos, a pedido de ellos. En cada una apareció con su sonrisa. Y a menudo repitió la frase contundente: “Esto ha sido bonito, porque ha sido sincero”.