El 1 de Mayo se vive con orgullo (+ fotos)

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Por Yaimara Pérez Reyes | 30 abril, 2023 |
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César Rafael Quesada Matos/ FOTO Rafael Martínez Arias

El proletariado cubano ha gozado desde enero de 1959 de un país cada vez más libre, de una nación donde son exigidos y respetados los deberes y derechos de cada trabajador. Un país que protege a la niñez y cuida a sus mayores, donde la labor social en virtud del bienestar de su gente forma parte de la cotidianidad, donde es posible soñar y los jóvenes son protagonistas de sus conquistas, donde la sonrisa de un niño impulsa a dar más. Por tales razones, es una de las naciones que celebran con regocijo cada 1 de Mayo.

En desfiles desbordados de alegría y colorido, convertidos en fiesta, marchan hombres y mujeres que destacan desde sus labores.

César Rafael Quesada Matos es uno de esos galenos que van dejando en su andar retazos de humildad,  entrega a la profesión, humanismo sincero, nobleza y de corazón profundo.

El graduado en Medicina General Integral, Máster en Enfermedades Infecciosas, especialista de Primer Grado en Higiene y Epidemiología y profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de Bayamo, transmite a sus estudiantes el sentido altruista que debe practicar un médico cubano.

Miembro del Contingente internacional de médicos especializados en situaciones de desastre y graves epidemias Henry Reeve, es uno de los trabajadores destacados que mereció la medalla Manuel (Piti) Fajardo, conferida por el Sindicato de la Salud Pública a personas con más de 20 y 25 años de labor ininterrumpida en el ramo.

Quesada Matos expresó: “Al conocer de tal reconocimiento, me sorprendí, mi vida laboral transcurre con mucha entrega, trabajo por amor a la profesión, tomando de cada paciente una enseñanza, creo que aún falta mucho por hacer, me siento orgulloso de integrar la nómina de los granmenses condecorados, lo que implica un alto compromiso, con mi país, con mis compatriotas y con la Revolución”.

El galeno ha recibido diversas medallas y distinciones,  pero ninguna como la mirada agradecida de sus pacientes en Turquía, luego del terremoto ocurrido en  marzo reciente.

La doctora Maricela del Prado Salgado prestó servicio en Honduras, primero, y en la República Bolivariana de Venezuela, cinco años después, con excelentes resultados. Tales méritos permitieron que le concedieran la Medalla Internacionalista, otorgada por  la Central de Trabajadores de Cuba a los cubanos que han cumplido de manera exitosa su misión en otras latitudes.

Maricela del Prado Salgado/ FOTO Rafael Martínez Arias

La especialista en Segundo Grado en Medicina General Integral, se desempeña en el área de Salud del policlínico 13 de Marzo, en la Cuna de la Nacionalidad Cubana, refiere sentirse orgullosa.

Con más de 25 años de trabajo, transita por los pasillos de la unidad asistencial con una sonrisa en sus labios para atender a cada uno de sus pacientes, porque es  feliz salvando vidas, afirma.

“Siempre estaré orgullosa de mi bata blanca. Subir y bajar laderas para asistir al sector más pobre de esos países, me permitió confirmar que somos una potencia médica; la sensibilidad que nos aporta esta profesión, nos impulsa a dar lo mejor en cada tarea.

“En cada país llevamos como bandera, la solidaridad, el altruismo, el humanismo, como lo inculcó ese inmenso hombre, ese líder eterno e histórico que es Fidel, quien aún habita y camina entre nosotros, que somos su más querido ejército.”

El Sindicato de la Educación, la Ciencia y el Deporte seleccionó a Yoleidis Polanco Sánchez, especialista de la Dirección de Educación en Bayamo, para recibir el sello conmemorativo 60 Aniversario.

La consagrada mujer, madre, esposa, abuela y trabajadora con más de 20 años en ese importante sector social, ha realizado aportes al desarrollo de la Educación.

Yoleidis Polanco Sánchez/ FOTO Lino Valerino

Al conocer de la noticia quedó sorprendida, pues para ella la cotidianidad de sus días está dedicada a guiar la formación de las nuevas generaciones. La Licenciada en Español-Literatura dijo que es un orgullo, “desde mis inicios, y en el tránsito por las diferentes enseñanzas, siempre me mantuve vinculada a las labores sindicales, hoy, además de mi trabajo en el departamento de cuadros, dirijo una sección sindical”.

En los planes futuros de Polanco Sánchez está continuar con la tarea, pues es algo que disfruta; seguir aportando a la Educación, al lado de esos maestros que tienen a su cargo la dirección de los centros docentes. “Seguiré al pie del cañón”, afirma quien califica como su pasión la formación de las nuevas generaciones, base de la sociedad, a la cual se debe.

En tanto, Miladi Houllis Pérez, nacida en una familia pobre, desde los 17 años trabaja,  y con más de tres décadas de labor, abraza la distinción honorífica Álvaro Barba Machado, que entrega el Sindicato Nacional de Trabajadores Agropecuarios y Forestales.

Houllis Pérez, actualmente almacenera del mercado agropecuario Flor de Azar, en la capital de Granma, cuenta que sus inicios fueron como facturadora en las naves de la base de Acopio Bayamo, y por su meritorio desempeño, fue ascendiendo paulatinamente dentro de la propia empresa, hasta llegar al puesto que hoy ocupa.

Miladi Houllis Pérez/ FOTO Lino Valerino

Explica que, además, lleva dos décadas como dirigente sindical, tarea que ama: “Soy muy feliz al lado de mis trabajadores; apoyarlos, animarlos, e incentivarlos a ser mejores cada día es indispensable para mí.

“Recibir este reconocimiento fue inesperado, trabajo por amor a la profesión; sin embargo, no hubiera sido posible sin el apoyo de mis familiares, la incondicionalidad de ellos posibilitó que dedicara largas horas a mi vida laboral.

“Mis planes son muy sencillos, mientras tenga vitalidad pienso continuar de la mano de mi pueblo, al lado de mi familia, contribuyendo a la educación de mi nieta, apoyando a mi hija, y aportando todo lo que pueda a mi país”.

El 1 de Mayo es y seguirá siendo un día de celebración al que las familias se suman. Este lunes los sindicatos se reúnen para abrazarse, compartir, para reír, para festejar la soberanía y recordar a aquellos que ya no están y que nos regalaron la paz, la libertad de caminar sin miedo hacia un futuro seguro, construido con nuestras manos y guiados por la estirpe mambisa y la fuerza rebelde.

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