“Opté por tirarme del lado contrario al golpetazo, pensé que era la única manera de salvarme”, me contó un amigo que todavía padece los dolores y traumas del accidente causado por una motorina.
La historia no es ficción y mucho menos una película del sábado, ha sucedido más de una vez en las calles de Bayamo, cuando conductores de ciclos eléctricos andan imprudentemente en la vía.
Los vehículos eléctricos por su estructura motriz no dañan el medioambiente y facilitan la movilidad, pero también es innegable que en los últimos tiempos han ocasionado numerosos accidentes de tránsito.
Según Cubadebate, las estadísticas nacionales de seguridad vial registran a las motos y ciclomotores eléctricos como uno de los medios de transporte de mayor accidentalidad en Cuba.
En Granma, en lo que va de año, se cuantifican más de un centenar de siniestros, de estos 22 pertenecen a ciclomotores eléctricos, número que ubica a este medio como el tercero en la lista de atropellos.
De acuerdo con el capitán Ernesto González Rodríguez, primer oficial de Tránsito en la provincia, en correspondencia con la etapa evaluada, los choques mortales van en aumento en comparación con igual período de 2022.
Como resultado de los lamentables sucesos, de enero hasta el presente mes, han perdido la vida dos personas, entre ellas una joven de 18 años; y 15 lesionados sufren traumas.
Las principales infracciones son el adelantamiento indebido, no respetar el derecho de vía y la distracción durante la conducción, aunque también es motivo el movimiento de ciclomotores en un mismo eje vial (calles y carreteras) en mal estado.
Por otro lado, llama la atención la cantidad de jóvenes menores de 16 años conduciendo estos vehículos, responsabilidad de los tutores legales, los cuales pueden ser notificados, de acuerdo con lo estipulado en la Ley 109 Código de Seguridad Vial.
Igualmente, es necesario reflexionar acerca de la conducción sin licencia A1 para este tipo de vehículo, pues según datos de la Oficina de Tránsito en Granma, desde enero hasta la fecha, se han multado más de mil conductores.
Teniendo en cuenta las estadísticas mortales, debe fomentarse una cultura vial que involucre a la familia y a las instituciones educativas e intensificar el control de los que circulan sin licencia.
Minimizar los riesgos de accidentalidad, sobre todo de las que dicen ser silenciosas, pero peligrosas motorinas, permitirá reducir la cifra de víctimas.
No todos tienen la misma suerte de mi amigo, quien a pesar del shock y los golpes del impacto, nos cuenta su trágica historia.