Urge salvar la ganadería en Granma

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Por Juan Farrell Villa | 13 mayo, 2023 |
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FOTO/Rafael Martínez Arias

El resquebrajamiento de la guardia, la negligencia administrativa y la falta de responsabilidad en la preservación de los bienes, constituyen hoy un asunto no resuelto en la labor de enfrentamiento al delito en todas sus tipicidades.

La provincia de Granma, eminentemente agropecuaria, presenta una situación difícil en los hechos delictivos, específicamente contra el ganado, que exige de análisis   profundo de las causas y condiciones en el decrecimiento significativo de la masa bovina, con brechas en varios aspectos como las numerosas  muertes, baja natalidad y el hurto y sacrificio ilegal de los animales (HSGM), entre otros.

Se suma el descontrol, el conteo no sistemático y veraz de las reses, lo que le corresponde al productor y a las instancias encargadas de tan importante tarea, y de hacerse bien, contribuiría a detectar a tiempo cualquier anomalía y desvíos con fines lucrativos.

El llamado de alerta implica a los propietarios del rebaño, responsabilizados con protegerlos y la adopción de medidas de cooperación efectiva con la Policía Nacional Revolucionaria y las empresas en cada municipio para potenciar la vigilancia permanente y colectiva.

Al cierre de abril, la provincia fue impactada negativamente por el sacrificio de dos mil 683 cabezas,  entre bovinos y equinos, con crecimientos en comparación con igual etapa del año anterior, y las mayores afectaciones están localizadas en el sector cooperativo y campesino y en Bayamo, Jiguaní, Buey Arriba, Campechuela y Guisa.

Reportaron daños considerables a la economía por este flagelo, los consejos populares de Las Palmas, Dos Ríos y Palmarito, en Jiguaní; Las Mangas, William Soler-El Dátil, Entronque de Bueycito y Aeropuerto Viejo-Santa María, en Bayamo; Cienaguilla, Miguel Sánchez y Campechuela dos; Maguaro, La Estrella, Nuevo Yao y San Antonio, en Buey Arriba; Macanacú, Corralillo y El Bombón, en Guisa.

Las cooperativas  más afectadas  fueron Miguel Cancio y José  Reyes,  en Jiguaní; Manuel Espinosa, Pedro Pompa y Guillermo González, en Bayamo; Carlos Manuel de Céspedes, Evelio Rodríguez y Rafael Núñez, en Campechuela; César Escalante, Delfín Moreno y Camilo Cienfuegos, en Buey Arriba, y Manuel Fajardo, Emiliano Reyes y Jesús Menéndez, en Guisa.

Mientras, entre las empresas están señaladas por el HSGM, las agropecuarias Bayamo y 14 de Junio  y la de genética y cría Manuel Fajardo, según el control del Departamento de Registro pecuario, en la Delegación provincial de la Agricultura.

Más allá de la estadística, los resultados de los últimos años indican lo inefectivo del quehacer preventivo y del combate contra prácticas nocivas que proliferan con hechos múltiples, al  encubrirse  e incluso participar en actividad tan deplorable como el robo y su degradación moral, cuando urge salvar la ganadería para que crezca la producción de leche, carne y la imprescindible soberanía alimentaria y nutricional.

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