
Una vez más el personal de la Salud en Granma se creció ante la adversidad. Ni las amenazantes nubes grises de un temporal sin precedentes, pudo detener los valores humanistas y altruistas de esas batas blancas, que, a pesar de sus pérdidas personales, no abandonaron a sus pacientes.
La doctora Mileidy Salgado Ortiz, vicedirectora de Asistencia Médica en la provincia, fue una de los tantos directivos que se mantuvieron al lado de sus colectivos, fundamentalmente en las zonas que presentaron severas inundaciones, como los municipios de Campechuela, Río Cauto, Niquero y Jiguaní, así como las comunidades de El Remate y El Sitio en Manzanillo, y Las Caobas de Yara, estas últimas aún con inundaciones.

“Fueron momentos difíciles, en Campechuela se realizaron traslados marítimos y en helicópteros de gestantes que fueron recibidas en el puerto por el equipo médico del hospital Fé del Valle. Para el hospital Celia Sánchez fueron llevados una veintena de pacientes nefróticos, y desde Niquero se movieron dos lactantes hasta el hospital pediátrico Hermanos Cordovés.
“Fueron evacuados todos los consultorios de los 13 municipios y protegido su inmobiliario, aunque en zonas de Jiguaní, Media Luna y Manzanillo, varios de esos locales se inundaron, y en la actualidad se realizan labores de recuperación y limpieza”, declaró.


En tal sentido, la doctora Elizadra Rodríguez Milán, jefa del Programa Materno Infantil (PAMI) de la sur oriental provincia, agregó que las 18 gestantes del hogar materno MICONS de Bayamo tuvieron que ser trasladas por su equipo médico hasta la escuela pedagógica Rubén Bravo.

Ambas galenas reconocieron que esos equipos de médicos y enfermeras, realizaron cada labor con entrega a sus pacientes, muchos de ellos perdieron sus bienes materiales por las inundaciones, pero no abandonaron sus trincheras. Ellos se crecieron en medio de tanto desespero, fueron rescatistas, cocineros, electricistas, amigos y consejeros.