El 7 de diciembre de 1987, la Asamblea General de la ONU bajo el amparo de resolución 42/112, decidió establecer el 26 de junio el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas.
El consumo y la distribución de drogas ilegales es una situación que se registra a nivel mundial con graves secuelas en la salud y bienestar de las personas. Este flagelo ha logrado traspasar fronteras con niveles alarmantes, afectando la seguridad y el desarrollo sostenible de las naciones.
“Las personas primero: detener el estigma y la discriminación, fortalecer la prevención”, es el lema que preside la campaña este 2023, basado en que muchas personas consumidoras de esta sustancia son excluidas y marcadas, y eso les impide acceder a la ayuda que necesitan. Por ello la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) reconoce la importancia de adoptar un enfoque centrado en las personas y en los derechos humanos.
El objetivo de la campaña este año es sensibilizar a la humanidad sobre la importancia de tratar a las personas que consumen drogas con respeto y empatía; brindarles servicios de atención de manera positiva; ofrecer alternativas al castigo; dar prioridad a la prevención, y liderar con compasión.
También se pretende este año combatir la discriminación de los consumidores de drogas promoviendo un lenguaje y actitudes respetuosas y libres de prejuicios.
Desde principios del siglo XX se reconoció el tráfico de drogas como un problema que requería una solución global urgente.
En 1909 hubo una conferencia internacional sobre estupefacientes en Shanghai. A partir de ese momento se desarrolló un sistema multilateral para tratar de controlar la producción, el tráfico y el abuso de drogas, y se llevaron a cabo tres tratados bajo el paraguas de la ONU, en los años 1961, 1971 y 1988, con una adherencia casi universal por parte de todos los países.
En 1946 el Consejo Económico y Social (ECOSOC) creó una Comisión de Estupefacientes (CND) para ayudar a supervisar la aplicación de los tratados internacionales.
En 2009 se publicó una “Declaración Política y Plan de Acción sobre Cooperación Internacional hacia una Estrategia Integral y Equilibrada contra el Problema Mundial de las Drogas”, en el que se definieron las medidas a tomar y los objetivos a cumplir por los Estados Miembros para antes de 2019.
En abril de 2016 la Asamblea General mantuvo un periodo extraordinario de sesiones dedicado a las drogas y propuso recomendaciones para reducir la oferta y la demanda, así como para mejorar el acceso a medicamentos controlados y restringir su desvío al mercado ilegal.
El consumo de drogas genera diferentes efectos en el sistema nervioso, alterando el rendimiento físico, la percepción, el estado anímico y la conducta,
Pese a los grandes esfuerzos realizados el problema de la droga sigue poniendo en peligro la salud de las personas, sobre todo los niños y los jóvenes.
La drogadicción se define como un trastorno crónico y recurrente caracterizado por la búsqueda y el consumo compulsivos de la droga pese a sus consecuencias negativas que afecta las relaciones sociales y familiares, el desempeño de las actividades comunes como los estudios y el trabajo. Se hace visible la inseguridad, la violencia, la corrupción, la delincuencia.
El Informe Mundial sobre las Drogas 2022 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) detalla el aumento sin precedentes de la fabricación de cocaína, la expansión de las drogas sintéticas a nuevos mercados y las continuas deficiencias en la disponibilidad de tratamientos contra las drogas, especialmente para las mujeres.
Las naciones y gobiernos juegan un papel fundamental, ante el aumento y consumo de estas sustancias toxicas debiendo ofrecer soluciones responsables mediante la aplicación y reforzamiento de medidas y políticas seguras que detengan la adicción.
También reviste mucha importancia el rol de la familia en la prevención del consumo de drogas por ser una institución fundamental en nuestra sociedad, porque es el entorno familiar un espacio de socialización que ocupa un lugar fundamental para desarrollar actitudes, normas sociales y valores a partir de los cuales las personas desarrollan unas u otras conductas.
América Latina es considerada uno de los máximos productores de cocaína, marihuana y tabaco en el mundo.