
Los trabajadores forestales granmenses intensifican las labores de reforestación, en el actual periodo lluvioso, cuando ya las posturas están en condiciones para ser llevadas a los campos y su siembra germina de la mejor manera posible.
Así mantienen el propósito de continuar la preservación de los bosques para que sigan siendo sostén de la vida, la biodiversidad y a la vez, rindan frutos en el orden económico tanto para quienes laboran en ellos, como la provincia y el país.
Granma cerró el 2022 con un índice de bascosidad de 27.73 por ciento, lo que constituye un crecimiento de este indicador durante los últimos años por el cual se evalúa de positivo el avance del programa de reforestación.
Este resultado lo avala el hecho de que el volumen de siembra sea mayor a la tala de bosques, labor que se controla desde la Comisión provincial que atiende esta actividad.
Sobresale en la etapa el manejo por regeneración natural y las plantaciones certificadas, estas últimas tras cumplirse los tres años de establecidas las diferentes especies.
El territorio cuenta con objetivos precisos en un plan de desarrollo que prevé proseguir el incremento de la cubierta de bosques, dar respuestas a las necesidades económicas con un manejo equilibrado y racional de los recursos y el presupuesto.
Además, trabaja por aumentar el índice de logro y supervivencia en las siembras y alcanzar el máximo aprovechamiento de áreas que aporten otros alimentos y materias primas para la industria incluida la responsabilizada con la elaboración de medicamentos, las ramas tabacaleras y ganaderas.
Labores directas de roce, plantación, poda, raleo, corta, y las tareas en la producción industrial de la madera y el carbón vegetal singularizan el quehacer de estos hombres y mujeres con jornadas de trabajo definidas, según la estación del año y las características climáticas de la zona.