El dengue es cosa seria

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Por Yaimara Pérez Reyes | 12 julio, 2023 |
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En la actual temporada veraniega, ascienden las temperaturas, y se mantienen las abundantes precipitaciones, situación climatológica que favorece la proliferación del mosquito Aedes aegypti, especie que provoca enfermedades como el dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla.

Este insecto es uno de los combatidos en nuestro país por décadas, debido a su alto grado de evolución y adaptación al clima del archipiélago, razón por la cual las autoridades gubernamentales, de Salud Pública, y los especialistas de la Dirección provincial de Higiene, Epidemiologia y Microbiología (CPHEM), no descansan en la realización de campañas preventivas, para sumar a la población en esta lucha que debe ser de todos.

Al cierre del mes de junio, en el territorio se observó un incremento en cuanto a los reportes de casos sospechosos de dengue, asociados a síndromes febriles agudos, sobresaliendo los municipios de Manzanillo, Campechuela, Niquero, Media Luna y Bayamo.

Todo ello también como consecuencia de las intensas lluvias y las inundaciones acontecidas recientemente, circunstancias más que alarmantes ante la tendencia al aumento de la focalidad, lo que genera que crezca el riesgo de la transmisión de las arbovirosis.

Es importante que los moradores se sumen a esta intensa batalla, desde las viviendas debemos aportar nuestro granito de arena para frenar la multiplicación del mosquito, y así contribuir a eliminarlo; por tanto, el auto focal es vital en ese proceso.

Los virus causados por el Aedes aegypti son transmitidos mayormente en el ambiente doméstico, de persona a persona, por la hembra de esa especie, que  puede vivir hasta 30 días, período durante el cual realizará 10 ciclos gonadotróficos y podrá picar a decenas de humanos, y poner cientos de huevos con la capacidad de transmitir cualquiera de las enfermedades anteriormente señaladas.

En tal sentido, es necesario inspeccionar todas las habitaciones de la casa, incluyendo las gavetas de los refrigeradores, y en el exterior, cada espacio del patio, tubos de cerca, techos, árboles, neumáticos en desuso y plantas.

Se debe consumar, igualmente, un fogoneo de los tanques y demás depósitos de agua, ya que los huevos del Aedes son extremadamente resistentes a la desecación y sus larvas se desarrollan en agua limpia, todo ello, sin desechar el abate existente en los fondos de esos recipientes.

El autofocal se debe realizar cada siete días, debido a que es el ciclo de desarrollo del mosquito, al octavo día ocurre la eclosión de huevo, y sale el adulto, listo para infectar. Este paso de saneamiento del hogar es el eslabón más importante para romper la cadena de reproducción.

En estos momentos, como parte de las medidas que adoptan desde el CPHEM, se fortalecen la vigilancia epidemiológica y las pesquisas diarias, en las manzanas de cada demarcación, puntualmente en aquellas que se encuentran en alerta por la sostenida prevalencia del vector.

De igual modo, se difunden mensajes encaminados a sensibilizar a la población en cuanto a este tema, que se ha hecho tan recurrente en los últimos tres años, siendo causa de situaciones de gravedad en los pacientes y en algunos casos motivo de muerte por complicaciones asociadas.

Es significativo que, ante cualquier síntoma febril, presencia de erupciones en la piel (rash), dolor muscular, de cabeza o en la espalda, y enrojecimiento de los ojos, acudan al área de salud más cercana.

El pasar por alto esos síntomas podría ser delicado, el dengue en su versión actual deja profundos efectos, ya que puede causar hemorragias internas, daños en los órganos, veloces descensos de la presión arterial, llevando al organismo a una severa arritmia cardiaca, y daña directamente a los riñones.

Aunque en la década de los 80, varias publicaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirmaban que el dengue era una enfermedad viral que no dejaba secuelas, en el último quinquenio se ha demostrado a través de investigaciones, que existen evidencias de que se puede asociar a síndromes hepáticos y neurológicos posteriores a su diagnóstico.

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