Economía de desarrollo vs supervivencia

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Por Sara Sariol Sosa | 12 julio, 2023 |
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El sector agrícola incumple nueve, de las 16 producciones físicas evaluadas en la etapa/ FOTO Luis Carlos Palacios Leyva

Cuando Granma evaluó, recientemente, sus resultados económicos de cierre de mayo, puso luz roja en varios indicadores que, de manera ineludible, deberán transformarse, para poder ascender en ese entramado de bienes y servicios, y también en lo social.

El informe de Gobierno que contiene tal comportamiento, comienza por plantear que, para el período, de los 26 renglones exportables a producir en cinco organismos y 25 entidades, solo tres alcanzaron cumplimiento (chatarra de aluminio, langosta cola y entera cruda), lo cual determinó que el plan en valores hasta la fecha se incumpliera en un 44,9 por ciento, con poco más de 69 millones de pesos dejados de captar, y un decrecimiento del 53,2 por ciento con respecto al año anterior.

El carbón vegetal, ese rubro con potencialidades para distinguirnos, se incumplió en poco más del 90 por ciento.

La etapa reportó crecimientos en la circulación mercantil y las ventas netas, incluso sobrecumplimientos de los planes que no pocas veces van a cuenta de elevados precios; sin embargo, de 58 producciones físicas evaluadas en ese lapso, se incumplieron 37, entre estas, la mitad de las agrícolas proyectadas y 21 de las 33 industriales del plan.

Concentraron el 59,5 por ciento de los incumplimientos, el Minagri, la Empresa de Materias Primas, la Cárnica y la Productora de Materiales de la Construcción.

Las utilidades previstas solo se materializaron en el 50 por ciento, mientras de las 90 empresas, 22 incumplieron y 27 registraron pérdidas.

Las estrategias de desarrollo municipal, de acuerdo con el informe evaluativo, se encuentran aprobadas en las  localidades de la provincia, todas cuentan con el plan general de ordenamiento territorial y urbano, la estrategia ambiental, la caracterización sociodemográfica, y tienen definidas la visión, las líneas estratégicas, programas y proyectos.

Los fondos exportables han entrado en lamentable depresión/ FOTO Luis Carlos Palacios Leyva

Mas, existen aún muchas dificultades en la definición de las políticas públicas y los indicadores locales para la medición del desarrollo en las demarcaciones, y aunque los grupos de desarrollo están constituidos en todos los municipios, hay problemas en la realización con sistematicidad de sus reuniones, y en varios su funcionamiento es insuficiente, pues las acciones que realizan no conducen a que los problemas que hoy tiene la localidad se transformen de manera dinámica y eficaz.

El documento evaluativo advierte desconocimiento por parte de directivos y funcionarios de los documentos que rigen el desarrollo territorial, falta de preparación y, a su vez, de ocupación, chequeo, exigencia y control para impulsar el trabajo con pensamiento estratégico.

¿DESARROLLO O SUPERVIVENCIA?

Tales comportamientos preocupan, y llevan una vez más a preguntarnos cómo con tales problemas, empezaremos a transitar la indispensable y añorada reanimación económica, para salir de una etapa de crisis en la cual, innegablemente, predominan las condiciones de supervivencia sobre las de crecimiento, no solo en los nuevos actores económicos, sino también en el entramado estatal, que es, a la postre, el responsable principal de trazar pautas de desarrollo.

Esa realidad, por supuesto, no es exclusiva de nuestro territorio, pero cada cual debe gestionar con intensidad su propio progreso, a partir de las oportunidades que ofrecen las estrategias y la planteada autonomía local.

Lo más preocupante es la idea que ha tomado fuerza en cuanto a que, en medio de circunstancias tan complejas sucedidas a la pandemia, es imposible avanzar, cuando un análisis profundo en tal sentido demuestra el desaprovechamiento de potencialidades y de políticas de flexibilización aprobadas por el país, y una reserva significativa en la captación de ingresos, porque predomina, en no pocos lugares, la mentalidad de vendedores y revendedores, sobre la de productores.

Las nuevas mipymes se concentran más en la importación de bienes finales que en la de insumos y materiales para la producción/ FOTO Rafael Martínez Arias

El ministro de Economía, Alejandro Gil, advirtió recientemente, refiriéndose a las mipymes, llamadas a dinamizar la economía, y en las cuales descansaban muchas de nuestras aspiraciones de satisfacción de bienes y servicios: “Se aprecia una tendencia hacia la importación de bienes finales, no de insumos y materias primas, y esos bienes listos para la venta que son importados, se colocan en la venta para la población muchas veces a precios elevados.

“Este es un asunto que debemos de profundizar, agregó, porque si bien es cierto que está aprobado que las nuevas formas de gestión puedan importar para su producción, en los últimos meses hay una tendencia a la importación para la comercialización directa”.

Más adelante, planteó la necesidad de transformar lo relativo a la bancarización de sus transacciones, lo cual no solo aporta transparencia y seguridad, sino permite también darles seguimiento a sus operaciones para el tema de los impuestos.

En eso último, hay un camino necesario por recorrer, si tenemos en cuenta que hoy los nuevos actores no están aportando al presupuesto, de acuerdo con lo legislado, y en correspondencia con sus ingresos reales, algo vital para el desarrollo social.

“A nadie se le va a pedir que trabaje con pérdida, dijo, y tampoco se puede permitir la especulación, no ganar cinco veces. Las ganancias lucrativas excesivas no pueden existir, y es una responsabilidad que debemos enfrentar y que se facture y se venda a la población”.

Este es un tema con demasiada tela por donde cortar, incluido el déficit en la actividad agropecuaria, en la cual el país reconoce que todas las producciones principales están disminuyendo de manera sistemática.

Como destacara el titular de Economía, una vía fundamental para incrementar la oferta es producir: “Hay que tener más producción de alimentos, que es donde se concentra el principal impacto inflacionario, mientras la especulación en los precios de los alimentos es uno de los fenómenos que más disgustos provocan en la población”.

Que se mejore en todas esas direcciones, no atañe de manera particular a una u otra forma de gestión, sino a todas por igual, requeridas de un cambio de pensamiento y de mayor integración, de explorar mercados nuevos, apropiarse de alternativas e investigaciones probadas, pensar más en el incremento de los bienes que en el de sus valores…

Hasta tanto eso no se logre, seguiremos sufriendo el embate violento de una economía de subsistencia, si a lo que vivimos se le puede dar ese discreto nombre.

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