Acercamiento al cine en Cuba

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Por Luis Carlos Frómeta Agüero | 23 julio, 2023 |
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La primera exhibición de cine en Cuba se realizó el 24 de enero de 1897 en La Habana, presentada frente al parque central, muy cerca del entonces Teatro Tacón y la realizó el francés Gabriel Veyré, comisionado de los hermanos Lumiere, inventores del cine.

Se presentaron en total diez tandas ya que por supuesto las películas exhibidas tenían una corta duración. Se calcula que asistieron a estas alrededor de un millar de espectadores.

Entre las primeras vistas que se mostraron en La Habana estuvieron el desfile de un escuadrón de coraceros, la tempestad en el mar, el ferrocarril en marcha, la puesta del sol de Madrid y la llegada del Zar de Rusia a París.

Este invento, fue todo un éxito en La Habana y Gabriel, repitió la función una y otra vez ante el público creciente. El francés tenía, la encomienda de filmar nuevas películas, por lo que aprovechó su estancia en La Habana para engrosar la colección de películas de la compañía.

Fue gracias al tremendo impacto de esas primeras funciones de cine, que a Gabriel no le resultó difícil conseguir los permisos correspondientes con las autoridades, y a poco de su presencia en la capital producía Simulacro de incendios, en la que tomó como protagonistas a los heroicos bomberos de La Habana.

Es en 1902 que surge en La Habana el primer salón cinematográfico, especialmente construido para cine: el “Florodora”, que se levantó en la Calzada del Cerro, esquina a Palatino, y que fuera después el conocido cine Maravillas (hoy inactivo).

El primer filme realizado por un cubano fue un corto publicitario de la casa productora de la cerveza “Hatuey”: “El brujo desaparecido” de José E. Casasús (1898). Más adelante, el 25 de marzo de 1906, Enrique Díaz Quesada, considerado el primer cineasta cubano, filmó “El parque de Palatino”, un material promocional para el parque recién fundado en La Habana, que ya esbozaba el manejo del lenguaje del cine por su vocación de veracidad y su dinamismo.

El cine sonoro no es visto hasta el 13 de enero de 1929, que se proyectó por vez primera una película sonora en La Habana, “The patriot”, de Ernst Lubitsch. La primera preocupación expresada en la revista Bohemia era de naturaleza lingüística e identitaria, pues surgía la interrogante sobre la realización, a partir de entonces, de filmes en español para el público hispanohablante. Le tocó a “La serpiente roja”, la primera de las series de Chan Li Po, inaugurar nuestros filmes sonoros.

En los seis o siete años anteriores a la Primera Guerra Mundial, el cine conoce una expansión y estabilización como negocio en las principales urbes de Latinoamérica.

Cuba, como los demás países del continente, atravesó en aquellos años primigenios por las etapas de la producción y la exhibición ambulante y esporádica, el cambio de proveedores europeos a norteamericanos, la dependencia de las grandes compañías hollywoodenses, la discontinuidad y la atomización en las creaciones nacionales.

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