
Cuando se trata de dar recomendaciones sobre una alimentación sana, nada tan oportuno como conversar con Marlenis González Medina, licenciada, en 1984, en Nutrición y Dietética en la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín.
Su vocación la descubrió tempranamente y se inclinó por esa carrera al surgir en ella la disyuntiva: “¿Será lo mismo alimentarse que nutrirse?”
Esta bayamesa, en diálogo con La Demajagua, ubicó entre sus mayores prioridades el estado nutricional de los seres humanos, pasión que despierta en ella una sensación inigualable, y que hace más de 30 años la llevó a iniciarse en este campo médico, que estudia la relación entre alimentación y salud.
En la Universidad, comenzó a adentrase en ese mundo, pues cada vez que adquiría un nuevo conocimiento sentía la necesidad de profundizar más en la materia. Las rutinas de estudio marcaron la filosofía sobre la preparación constante, porque de su criterio profesional depende la buena alimentación de las personas que requieren atención.
González Medina, con mucho cariño, recuerda las prácticas laborales, pues fue el primer momento de probar los conocimientos sobre nutrición: “Mis inicios fueron con niños, los cuales, por ser un grupo etario sensible, constituyeron un desafío profesional que agradezco, no solo por lo que aprendí, sino por la satisfacción que genera ayudar a mejorar la salud de los más pequeños.
“Los años de desvelos y retos en mi profesión, me han convencido de que el esfuerzo siempre tiene su recompensa, sobre todo cuando se trabaja con la visión de que el trabajo que se realiza es importante y necesario”.
Los principios éticos inculcados por la familia, han tenido gran valor para ella: “Desde que di mis primeros pasos en la carrera, mis padres fueron de gran ayuda y estímulo, aunque la responsabilidad y disciplina también me ayudaron a prepararme para el futuro, logrando incorporar en mi formación las virtudes inculcadas en el hogar.
“Actualmente laboro en la sala de rehabilitación del policlínico docente Bayamo Oeste, donde, además de nutricionista, me he desempeñado como tutora de varios estudiantes, compartiendo con ellos mis conocimientos y guiándolos en su formación”.
Por sus logros profesionales, González Medina mereció recientemente la distinción Manuel Piti Fajardo, que otorga el Ministerio de Salud Pública a trabajadores destacados del sector, y sobre la cual refiere que no solo ha sido resultado de la formación, sino fruto también del esfuerzo personal y de la maestría de varios profesionales que han aportado mucho en su preparación.
Ahora su atención se centra en un proyecto novedoso, en el municipio Bayamo, organizado por áreas de salud e integrado por un equipo multidisciplinario, para detectar conductas desfavorables en los adolescentes, y ayudarlos a resolver muchos problemas que surgen en esa edad.
Según refiere, el objetivo de la iniciativa es detectar cuáles son los problemas que los afectan y –luego- buscar las vías y formas para ayudarlos a resolver esas dificultades.
Cuando resta poco tiempo para jubilarse, vienen a su mente lecciones y enseñanzas que son una guía para la vida -como por ejemplo- que vale la pena todo lo vivido, porque de lo malo y lo bueno siempre se aprende.
Respecto a los reconocimientos y distinciones, sentenció que son resultado del gran empeño con que se asume el trabajo, pues solo recoge quien siembra.