Moscú.-El patriarca de la iglesia ortodoxa de Rusia, Kirill, regresó hoy a su país tras la primera gira pastoral por América Latina de casi dos semanas y el histórico encuentro con el papa Francisco en La Habana.
Kirill llegó a Moscú en la tarde del lunes, hora local, procedente de Brasil, última escala del periplo que abarcó a Cuba y Paraguay, y una visita a la estación polar rusa en la Antártida, donde ofreció una misa, la primera de un prelado ortodoxo.
Sin duda, el acontecimiento más trascendental de la gira latinoamericana fue la reunión del patriarca y el papa Francisco el pasado 12 de febrero, en el aeropuerto José Martí, de La Habana, donde los líderes de las principales iglesias cristianas suscribieron una declaración conjunta.
l respecto, Kirill reveló ayer a periodistas rusos que solo cinco personas conocían los preparativos del magno encuentro, pues según él, la cita podría ser saboteada en razón de que “fuerzas muy poderosas y muchos contrarios se oponían al diálogo”, imposible de postergar por más tiempo, planteó.
Los líderes religiosos pusieron acento en la urgencia de defender a los cristianos de todo el mundo y en particular a los perseguidos en el Medio Oriente y en las zonas de conflicto, al tiempo que instaron a la comunidad internacional a evitar las guerras.
Sobre la gira pastoral, el primado del Patriarcado Moscovita y de toda Rusia confesó que fue la materialización de un sueño y un deseo que estuvo latente hace mucho tiempo por tratarse de América Latina, una región a la cual le unen lazos especiales por la historia y el tratamiento a las comunidades cristianas.
Desde Paraguay y a través de Chile, el patriarca llegó a la estación rusa Bellingshausen, en la Antártida, donde ofreció un servicio litúrgico en la iglesia de la Santísima Trinidad, único templo ortodoxo en ese extremo lejano del continente helado. Era el primer viaje de un patriarca al polo sur.