
En la década del 80, un pequeño grupo de estudiantes de la escuela primaria Nguyen Van Troi, de la ciudad de Bayamo, formó parte del coro que en aquel tiempo identificaba y representaba a este centro docente.
Desde 1982, venía en proceso esta idea, que se consolida con la fundación, en septiembre del año siguiente, por Irene Nubiola y Reynaldo Pérez, instructores de arte de la casa de cultura 20 de Octubre.
Katy Bonet, integrante fundadora del Ismaelillo, recuerda que llegó junto a Dilcia y Alexis: “Estábamos en un grupo de niños mayores que nosotros, en el que estaban Alicia e Irina, luego se fueron sumando otros, porque eran alumnos de la sesión tarde. Y con la ayuda de los profesores, se logró pasarlos para la de la mañana”.
Irina Fonseca Pernía, otra de las fundadoras, tenía nueve años de edad cuando realizó la prueba de actitud para integrar el coro que despuntaba en el ámbito sociocultural de la escuela Van Troi. “Me siento muy feliz de haber compartido con mis compañeros y profesores de aquel entonces y haber vivido momentos inolvidables; aparte de cultura y arte, nos enseñaron valores como la responsabilidad, solidaridad, honestidad, sencillez, humildad”, agregó.
Silvia María Corona Vergara, quien llegó al coro en el año 1986, recuerda que “fueron momentos lindos” y agradece a los profesores, porque con ellos aprendieron disciplina, a comportarse, compartir, quererse entre todos.
En un mensaje enviado para esta celebración por Ricardo Labrada Comas, actualmente violinista de la orquesta Los Van Van, refiere sentirse orgulloso de ser de Bayamo, y de formar parte del coro, aunque por poco tiempo, pero fue una etapa genial de la niñez que Mama y Papa (Irene y Reynaldo) crearon.
Una década de intensas actividades marcó al grupo fundacional: en el período de secundaria participaron en el Festival Internacional de música de niños Por un Mundo sin final. En la etapa preuniversitaria “participamos en el festival nacional de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, realizado en Matanzas, donde alcanzamos un primer premio especial, por ser la única agrupación coral que se presentó”, recuerda Dilcia Rivas, miembro de esa pléyade de niños cantores.
Desde entonces y hasta el presente, el coro Ismaelillo ha recibido muchos reconocimientos en diferentes niveles y todos ellos han sido para significar y resaltar el trabajo sostenido por este colectivo, gracias al aporte individual y calidad interpretativa de sus integrantes, con la guía certera y acompañamiento de sus directores.
Para esta celebración, Ary Rodríguez, directora actual del Ismaelillo, localizó uno a uno a quienes habían formado parte de aquella primera generación; se gestaba la gran fiesta de celebración por los 40 años, un sueño que es realidad y constituye un precedente para la historia coral de la capital granmense.
El teatro Bayamo será, este sábado, el espacio del concierto homenaje; subirán a escena las generaciones del 80, 2000, 2010 y los actuales Ismaelillos, todos integrantes de la gran familia que los une, para juntos interpretar una selección de canciones que conformaron el repertorio de estas cuatro décadas.
El esfuerzo diario de cada Ismaelillo, el empeño, compromiso, lealtad, constancia, entrega y sapiencia de Irene y Reynaldo, junto al apoyo incondicional de las familias y los padres, están sostenidos en el presente por el incansable espíritu de Ary Rodríguez, gestora de la gran celebración y quien ha sabido guiar muy bien a los niños y niñas que dan vida al canto más hermoso.