Bayamo-. Con tonos bélicos, para evocar el 24 de febrero de 1895, los directivos de Salud Pública en la provincia cubana de Granma, reiteraron hoy, en esta ciudad, su decisión de ganarle la guerra al mosquito Aedes, y seguir avanzando en los frentes tradicionales del ramo.
La reunión de balance del trabajo de 2015 y precisión de los objetivos de 2016, dejó clara la intención de elevar la calidad de los servicios; aprovechar al máximo los recursos disponibles, y atender todos los aspectos que influyen en la formación patriótica del personal.
El informe leído por la doctora Noemí Causa Palma, directora provincial del organismo, califica de batalla la actual arremetida contra los mosquitos Aedes aegypti y albopictus, trasmisores de los virus de fiebre amarilla, dengue, chikungunya y zika.
Precisa que las acciones principales, reforzadas por diversos organismos, tienen lugar en la ciudad de Bayamo, donde en enero y febrero de 2016 se encontró alrededor del 90 por ciento de los focos detectados en Granma.
Entre las metas para el nuevo año señala lograr orden, disciplina y control en el programa antivectorial, y alcanzar, a nivel de consultorio, verdadera integración de los operarios de dicha campaña, los médicos y las enfermeras.
También se propone elevar la educación sanitaria de la población, para mejorar la percepción del riesgo y cambiar la conducta de las personas.
El informe destaca que durante el año anterior, a todos los granmenses se les garantizó atención primaria de salud, mediante el programa del médico y la enfermera de la familia.
La tasa de mortalidad infantil se redujo a 3,8 menores de un año fallecidos por cada mil nacidos vivos, con lo cual la provincia continuó ubicada entre las mejores del país, y también disminuyeron las defunciones materna y preescolar.
En la reunión, fueron estimulados, por los resultados de 2015, el hospital psiquiátrico Manuel (Piti) Fajardo, el municipio de Pilón y el programa provincial de atención materno-infantil.
Granma, cuya población sobrepasa los 837 mil habitantes, está entre las provincias donde más se nota el impacto del prestigioso sistema sanitario de Cuba, debido al abandono casi total que padeció hasta 1959.
El año pasado, los servicios médicos prestados en el territorio le costaron al país más de 593,5 millones de pesos cubanos.
Mientras tanto, continúan las inversiones y las acciones de mantenimiento constructivo, para que esas prestaciones mantengan niveles de calidad equiparables con los del llamado Primer Mundo.