
El cine Céspedes está oscuro. De pronto, se enciende en el lateral derecho una luz, tenue, amarilla, y salen a escena cinco músicos en reluciente uniforme verde olivo, como los militares barbudos de Fidel Castro, son el Quinteto Rebelde. Hace años pasaron la mediana edad, pero cantan en toda su gloria, como lo hicieran entre el zumbar de las balas en la Sierra Maestra.
La agrupación es símbolo de cubanía, de guarachas y descargas campesinas, de tradiciones que hemos perdido en el oriente, sin embargo, aún se practican y algunos, quieren rescatarlas, preservarlas. En el caso del Quinteto, cuya historia tiene más de 60 años, el legado es amplio y el reconocimiento muy poco.
Alcides García Carrazana en conjunto con un grupo de realizadores tuvo la idea de mostrar el impacto del grupo musical, en la identidad de Granma. Su propuesta documental titulada Quinteto Rebelde. ¡Aquí estamos!, la cual se estrenó este viernes, tiene una duración aproximada de 44 minutos y encierra, el criterio de figuras representativas de la cultura de nuestro terruño.
La propuesta audiovisual profundiza en la mirada artística, hacia quienes no se dejaron deslumbrar por la idea de llegar a la capital en la caravana, y ante un contratiempo con el transporte se dijeron que era hora de retornar a casa, la Revolución ya había triunfado.
Más allá de los planos, el sonido y los entrevistados, se presenta un mensaje como necesidad de preservar música con sentido patrimonial. Estos hombres de la tierra de Bartolomé Masó, no tuvieron formación artística profesional, no obstante estuvieron como rebeldes, en el centro de los enfrentamientos, siempre con su música.
En sus testimonios recuerdan que Fidel mandaba a protegerlos, pues era poco probable encontrar un reemplazo para alguno de ellos, Celia Sánchez también los destacaba, eran arte, distracción y refuerzos.
García Carrazana, director del mediometraje, en esta oportunidad mostró el lado sensible de quienes permanecen en un aparente anonimato, no están en los libros de historia y solo se aprecian en su territorio. El pensamiento se validó en las voces de los principales representantes del grupo Guerrilla de Teatreros, y el cantante José Alberto, más conocido como “El Ruiseñor”.
La dirección de fotografía, a cargo de Yanosky Rondón, revela la belleza del paisaje masoense, la humildad en el rostro de cada uno de los miembros del Quinteto y el resto de los entrevistados.
El documental muestra más luces que sombras en su presentación, además, resulta una excelente propuesta para el cierre de la Fiesta de la Cubanía, en el espacio todas las voces fueron a una, la de los coros de los muchachones, esos ancianos sencillos, fieles a sus tradiciones. Merecido el aplauso después del cierre a negro de la pantalla. Otro logro para la realización audiovisual de Granma.