En Las Clavellinas se consolidó la independencia de Cuba

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 4 noviembre, 2023 |
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Pocos días después de iniciada la contienda independentista del 10 de octubre de 1868 en Demajagua por Carlos Manuel de Céspedes, la insurrección camagüeyana se alza en Las Clavellinas.

Los camagüeyanos estaban comprometidos con el alzamiento de Céspedes, sin embargo existían algunas indecisiones entre ricos hacendados que consistían en cuál sería la mejor fecha para iniciar la Revolución. Algunos consideraban necesario contar con mayores recursos bélicos y financieros, y otros hombres dudaban del éxito de la guerra y se inclinaban a la vía reformista.

Para una mayor organización del alzamiento fue constituido el Comité Revolucionario del Camagüey, formado por Salvador Cisneros Betancourt, Ignacio Agramonte Loynaz y Eduardo Agramonte Piña, quienes designaron para la dirección militar a Augusto Arango Agüero.

A inicios de noviembre de 1868 Salvador Cisneros Betancourt conoce de la llegada de un barco por Nuevitas cargado de armas para el ejército español, inmediatamente ordena la incorporación de la insurrección para impedir la llegada de los recursos y se indica el alzamiento para la madrugada del 4 de noviembre de 1868.

Los patriotas se organizaron en siete pelotones y designaron como jefes de los mismos a Ignacio Mora de la Pera, Manuel Boza Agramonte, Martín Loynaz Miranda, José Recio Betancourt, Eduardo Agramonte Piña, Francisco Arteaga Piña y Manuel Agramonte Porro.

Salvador Cisneros Betancourt e Ignacio Agramonte no estuvieron presentes en el alzamiento por estar cumpliendo tareas de apoyo al mismo en Puerto Príncipe. Sin embargo el día 11 cerca del ingenio El oriente Ignacio Agramonte se dio a la tarea de organizar su Estado Mayor, así como formar y entrenar a una infantería y caballería.

Agramonte se convierte en un ente fundamental de la unidad y el radicalismo. Tal es el caso que en reunión efectuada en Paradero de las Minas no estuvo de acuerdo en deponer las armas al expresar que “…acabarán de una vez los cabildeos, las demandas que humillan, Cuba no tiene otro camino que conquistar su redención, arrancándosela a España con la fuerza de las armas”.

Tras esta decisión los insurrectos cubanos reciben su primer bautismo de fuego el 28 de noviembre por una fuerza superior comandada por Blas Villate Conde de Valmaseda, quien con 800 hombres avanzó hacia Nuevitas y se enfrentó a una emboscada mambisa, ante lo cual no tuvo otra salida que retirarse y conoció bien de cerca que los cubanos estaban decididos a continuar la guerra.

Los patriotas camagüeyanos encabezados por el Mayor General Ignacio Agramonte, fueron puntales fundamentales para consolidar la primera gesta libertaria con el fin de alcanzar la independencia.

A 155 años de aquellos acontecimientos en Las Clavellinas se puso de manifiesto la necesidad  de  ver  una Cuba libre y soberana que aún hoy está presente en cada una de las batallas que libra este país.

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