Oficina del Historiador: Diez años en la gestión del patrimonio

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Por Liuba Mustelier Ramírez | 5 noviembre, 2023 |
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Ludín Fonseca, Historiador de la Ciudad de Bayamo/ FOTO Luis Carlos Palacios Leyva

Una institución con avances desde su surgimiento es la Oficina del Historiador de la Ciudad de Bayamo, que este 5 de noviembre arriba a su décimo aniversario.

Bajo la guía del Máster en Ciencias Ludín Bernardo Fonseca García, historiador de la urbe, el colectivo crece entre desafíos y logros, pero con inmensos deseos de trabajar.

¿Cuánto ha evolucionado la Oficina hasta hoy?

-Cuando hacemos una retrospectiva de la evolución de la Oficina del Historiador, tenemos que sentir admiración por el trabajo que se ha desarrollado.

“En 2013 iniciamos seis trabajadores, sin un local, hoy existe una Oficina muy fortalecida, con cinco instituciones subordinadas, una plantilla acorde a las necesidades que tiene y las misiones que le otorga el Decreto 346 del Consejo de Estado, que es donde se fijan las políticas para el trabajo de las Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba.

“Evidentemente, 10 años es un tiempo corto para establecer un balance, pero no queda la menor duda de que, al menos el hecho inicial, que fue la fundación y la institucionalización de la Oficina en esta década, se logró”.

-Bayamo perdió muchas de sus edificaciones cuando la quema del 12 de enero de 1869, por eso no contamos, como otras ciudades del país, con esa gran arquitectura colonial, pero la existente merece ser respetada y conservada. ¿Cuáles son los principales retos de la Oficina en ese sentido?

-La arquitectura de la ciudad es joven, casi toda del siglo XX, porque la arquitectura de los siglos XVII, XVIII y XIX desapareció luego de la quema de la ciudad, pero tenemos una arquitectura del siglo XX que es necesario conservar y restaurar. Considero que el trabajo de la Oficina en este campo debe concentrarse inicialmente en la realización de inventarios, porque muchas veces no sabemos qué es lo que tenemos.

“No podemos exhibir, como otras ciudades, conjuntos arquitectónicos, pero sí tenemos exponentes aislados que debemos conservar. Por ejemplo, un censo que se hizo en la ciudad arrojó que más de un centenar de viviendas sobrevivieron a la quema, quedan muy pocas de ellas. Después vino el período de la República, porque no podemos ver la historia de nuestra arquitectura solamente del siglo 19 hacia atrás.

“¿Y lo qué se construyó en el siglo 20? Tenemos exponentes muy importantes, como el edificio del Correo, el Gobierno, la Casa de la Cultura, el Museo Provincial, que es necesario restaurar y cuidar; hacia ahí se va a dirigir la política de la Oficina, en primer lugar, a tratar de detener el deterioro de muchos de estos inmuebles y de lograr un plan de gestión para la ciudad que le permita ser sustentable y, a la vez, restaurar y preservar todos los bienes que posee”.

¿Considera usted que el trabajo realizado es suficiente en la conservación de nuestro patrimonio material e inmaterial?

-El trabajo nunca puede ser suficiente, tenemos muchos retos por delante, la población y las autoridades tienen expectativas, pues en otros lugares han existido resultados y todo el mundo aspira a que nuestra urbe goce de la misma magnificencia que tienen otras ciudades patrimoniales de Cuba, que no siga relegada porque no tiene una institución que se encargue de gestionar el patrimonio.

-¿Qué mensaje envía a los bayameses en el aniversario 510 de la fundación de la villa San Salvador?

-Debemos sentirnos orgullosos, aunque no tengamos ese patrimonio edificado, de ser la cuna de la nación cubana. Vitales procesos históricos se acrisolaron en esta región: el primer territorio libre, el canto patrio, la ciudad entregada a las llamas, lo que dio resultado finalmente al nacimiento de nuestra Patria. Entonces,  los bayameses debemos sentirnos orgullosos de eso, pero también debemos ser conscientes de la necesidad de cuidar y preservar los pocos inmuebles de alto valor patrimonial que tenemos en nuestra ciudad.

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