
“Desde el mes de agosto, la Empresa cubana del pan, en Granma, no recibe harina del balance nacional, lo cual impacta en la permanencia y los volúmenes de sus producciones”, refirió Yaquelín Ortega León, especialista en Comunicación en dicha entidad.
“La Empresa cubana del pan se ha mantenido trabajando mediante las producciones cooperadas con los nuevos actores económicos, dígase trabajadores por cuenta propia y Mipymes, a quienes les compramos la harina y les incorporamos el resto de las materias primas para elaborar el pan.
“Esto, lógicamente impacta en los niveles productivos, muy por debajo de lo planificado. No obstante, la Cubana del pan, por medio de esta alternativa, garantiza que una parte de la población adquiera el producto, aunque no satisface la demanda”, acuñó Ortega León.
Debido a la situación que tiene el país con la harina de trigo, fundamental materia prima que afecta la producción sostenida de pan, la Cubana se ha asociado con formas de gestión no estatal para garantizar el suministro de este insumo.
Esta materia prima sale a un precio mucho más elevado que el que ofrece el país, sin embargo, el pan que se vende a la población tiene un precio diferenciado, por debajo del que expenden las Mipymes.