El poeta, dramaturgo y ensayista José Jacinto Milanés, uno de los más notables representantes del drama romántico de las letras cubanas, falleció el 14 de noviembre de 1863, se cumplen 160 años de su deceso.
Comenzó a escribir desde muy joven ensayos dramáticos y a trabajar en Matanzas, con su tío político Don Simón de Ximeno.
Procedente de una familia modesta, no pudo cursar estudios superiores en la universidad. Tuvo una formación autodidacta; aprendió latín, francés e italiano, y se aficionó a la lectura del teatro clásico español, por lo que sus obras recibieron la influencia de Lope de Vega, uno de los poetas y dramaturgos más importantes del Siglo de Oro español y Calderón de la Barca un escritor, dramaturgo y sacerdote español.
En 1834 escribe sus primeros poemas, pero es entre 1835 y 1843 que afianza su obra lírica que coincide con las dos etapas del romanticismo poético del siglo XIX en Cuba.
Su producción literaria se divide en tres momentos fundamentales: Primero, los poemas netamente líricos, que son los que lo ubican en un alto escaño de la literatura romántica cubana; le siguen los de corte popular, tanto humorísticos como satíricos, y por último los que constituyen una prédica socio-moral.
Además de poemas, también escribe, obras escénicas y algunos artículos periodísticos.
Entre sus poemas más reconocidos está La fuga de la tórtola, La madrugada, El alba y la tarde, Vagos paseos, y El beso, donde expresa sus inquietudes filosóficas- moralistas, con el tema de la pureza.
El investigador Salvador Arias señala que el poema El negro alzado, es el primer poema verdaderamente antiesclavista de la historia cubana; porque critica la situación de los esclavos en la colonia.
Domingo del Monte, fue su gran amigo y consejero. Lo relacionó con los escritores que visitaban su casa para asistir a la tertulia lo que fue de vital importancia para que José Jacinto Milanés ampliara a través de la biblioteca de Del Monte, su cultura clásica y moderna, y comenzó su período de mayor actividad literaria, que abarca los años 1836-1843.
La vida de Milanés, estuvo marcada por el romanticismo. A los veintinueve años se enamora de su prima, Isabel Ximeno, una niña de catorce años, y su tío se opuso a estos amores.
Rechazado por la familia de ésta mostró los primeros síntomas del desequilibrio mental y para remediarlo emprendió con su hermano Federico Milanés un viaje por Estados Unidos, Londres y París del que volvió a Cuba en noviembre de 1849, ya recuperado.
En 1852 una nueva crisis lo ataca de la que no logra recuperarse hasta su muerte.
En la Plaza de la Catedral de Matanzas, se alza en piedra la figura del poeta José Jacinto Milanés, una de las voces indispensables del romanticismo literario cubano en el siglo XIX.