El trato afable es el primer remedio

Trabajadores del sector farmacéutico reciben reconocimientos hoy en Bartolomé Masó, sede de las actividades provinciales, a propósito de celebrarse el Día del farmacéutico cubano
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Por Yelandi Milanés Guardia | 22 noviembre, 2023 |
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FOTO Yelandi Milanés Guardia

Durante sus 23 años de labor, en la farmacia piloto de El Caney de las Mercedes, en Bartolomé Masó, Gisel Verdecia Mansur ha aprendido que el primer remedio que puede brindar un farmacéutico a los pacientes, es el trato afable, porque no se le debe sumar a una enfermedad, desatino por aliviar un dolor, ni maltrato. Por eso siempre busca recibir con el mejor de los rostros a quienes acuden a su centro.

Luego de que, en el 2000, recibiera un curso básico,  comenzó a adentrase en el fascinante mundo de los medicamentos, y desde entonces sigue enamorada de la tarea, en la cual cada vez se desempeña mejor, porque-sin dudas- la experiencia es la madre de todo buen hacer.

En su opinión, es importante saber comunicarse con las personas, “porque el cliente necesita ser escuchado, que se le explique en detalle cómo puede resolver el  problema y, en caso de no tener la solución, debemos orientarle a cuáles de nuestras instituciones puede dirigirse”.

También asegura que es necesario conocer las propiedades de los medicamentos, para orientar bien a las personas cuando no encuentran lo que buscan, y tengamos como alternativa a su padecimiento un remedio sustituto.

Otra cuestión primordial es explicarle al paciente cómo debe conservar las medicinas y la forma de consumirlas, añade.

“Una de las características que nos deben distinguir es la paciencia para atender a las personas, porque no todas llegan con buen humor y a veces están atormentadas y preocupadas porque no encuentran el producto que alivia su enfermedad.

“Aunque a veces es complicado, por lo que decía anteriormente, disfruto mucho estar en el mostrador atendiendo directamente a la población. También me agradan las labores económicas y de control de productos”, afirma.

Para Verdecia Mansur, en estos tiempos de carencia, es necesario proporcionar alternativas a los pacientes,  tratar de localizar en otras farmacias lo que pueda ayudarlos o sugerirles la medicina verde.

Lo que más la entristece es que cuestionen su trabajo sin conocer las interioridades, o que, aunque les explique a los concurrentes, estos no quieran entender el por qué de la inexistencia del medicamento.

En sus más de dos décadas de quehacer, esta masoense ha desempeñado funciones que van desde dependienta hasta la realización de labores de higiene.

Y aunque la entrevista está motivada por sus buenos resultados en la red de farmacias y ópticas del  municipio, ella declara que nunca busca reconocimiento, sino brindar un mejor servicio a los clientes.

No obstante, dice, es importante entender los ingentes esfuerzos del Estado cubano por garantizar gran parte de los medicamentos necesarios, pero el país atraviesa  momentos difíciles, derivados de la escasez de finanzas y materias primas para obtenerlos, “y no es culpa nuestra que no exista lo que se demanda.

“Por eso considero que una sonrisa y un trato agradable, por parte de los que están del otro lado del mostrador, no cuesta nada y genera un efecto positivo.

“Aun confirmando con el paso del tiempo que nada en la vida es color de rosa, seguiré entregándome en cuerpo y alma a mi trabajo, y a aportar un granito de arena, para que mis coterráneos disfruten cada día de una mejor salud”.

 

 

 

 

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