El creador del danzón, Miguel Failde y Pérez, nació en Matanzas el 23 de diciembre de 1852. Su padre fue su primer maestro y quién descubrió en Miguel las aptitudes que más tarde le permitirían dominar el cornetín a la temprana edad de doce años
Tuvo como primer maestro a su padre, descubridor de sus aptitudes para la música. Dominó el cornetín a la temprana edad de doce años y al morir su padre estudió, gracias a su hermano mayor, con Federico Peclier, un profesor del Conservatorio de París.
Dirigió la Banda de Bomberos de su natal Matanzas. Años más tarde formó sus propia banda musical en 1871 llamada “La Orquesta de Miguel Faílde” que tocó por 50 años y con la que gozó de gran popularidad entre la población. Miguel tocaba además el contrabajo y la viola y a pesar de no ser pianista interpretaba piezas complejas en el piano.
También impartió clases de música en su casa y participó, junto a un amigo en la edición de un semanario literario que llevaba por nombre Ideas Nuevas, proveniente de encuentros que sostenía con intelectuales en una imprenta
Su primer danzón escrito, en 1889, fue “Las Alturas de Simpson”. El danzón original de dos partes,y ha sufrido algunas variantes, llegándose hasta el danzón de ocho partes, y finalmente quedó reducido a tres: la introducción, una parte de canción, -en la cual Raimundo Valenzuela, introdujo muchos trozos de óperas- y el cedazo o parte final, que conserva cierto ritmo africano.
Entre su repertorio de composiciones, que no eran solo danzones encontramos: “Las alturas de Simpson”, “La diosa japonesa”, “Cuba libre”, “Yo me voy para el otro mundo”, “Los mascavidrios”, “El mondonguito”, “Antón Pirulero”, “La serenata de Schubert”, “Figurín, se acabó el merengue”, la “Jota aragonesa”, “Piña”, “Mamey y zapote”, entre muchos otros. Su sobrino, Osvaldo Castillo Faílde colectó al menos 144 danzones compuestos por él.
Su última presentación en público con la orquesta la realizó en el año 1920.