Un singular monumento denominado El Cristo de La Habana, situado en la zona este de la bahía habanera, fue inaugurado el 24 de diciembre de 1958. Su autora fue la escultura cubana Jilma Madera.
Al principio se quería esculpir un Cristo de más de 30 metros, para rivalizar con el Cristo Redentor de Rio de Janeiro. La propia autora se opuso a esta idea, ya que el lugar donde iba a ser erigido tenía solamente una altura de 51 metros sobre el nivel del mar, mucho más pequeño que la cima del Corcovado en Brasil de 710 metros.
La estatua fue hecha de mármol de Carrara, el mismo que se utilizó en los monumentos del Cementerio de Colón de La Habana, Cuenta con 67 piezas sujetas por un armazón interior de acero y pesa 320 toneladas. tiene 17 metros de altura y el pedestal mide tres. Teniendo en cuenta la elevación donde está situado, casi se localiza a unos 80 metros sobre el nivel del mar, fue hecha de mármol de Carrara, el mismo que se utilizó en los monumentos del Cementerio de Colón de La Habana
La estatua mira hacia el oeste de la capital cubana: aparece de pie, con una mano en el pecho y la otra levantada en actitud de bendecir. Están muy bien elaboradas y cada una pesa una tonelada. Fue bendecía contra la voluntad del dictador Fulgencio Batista y quince días luego de la inauguración, cae la dictadura de Batista y La Habana es tomada por los revolucionarios.