Las llamas que iluminaron Bayamo

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Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 12 enero, 2024 |
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La quema de Bayamo, perdura en la Historia de Cuba como un acontecimiento estremecedor que reafirmó la heroicidad y las ansias de independencia de la mayor de las Antillas.

Aquel12 de enero de 1869 las llamas abrazaban la ciudad. La villa sucumbía tras aquella decisión difícil, pero definitiva de prenderle fuego, antes que rendirla a los españoles.

Bayameses y transeúntes se cuestionan ¿qué quedó del incendio del 12 de enero de 1869? Sobre el tema en cuestión, retomamos algunas declaraciones ofrecidas hace un quinquenio, en Mesa redonda informativa, por la máster en Ciencias Idelmis Mary Aguilera, investigadora de la Casa de la Nacionalidad Cubana y profesora de la Universidad de Granma, al conmemorarse el aniversario 155 del histórico hecho.

“En el momento de producirse esta decisión de la quema en Bayamo existían a menos mil 174 fincas rurales sin contar los edificios correspondientes a la administración pública y 14 iglesias que tenía por ese entonces la ciudad. Este es el patrimonio inmueble que los bayameses depositan en la pira de la constitución de la nación cubana.

“Es decir, cuando se da el hecho de la quema de la ciudad, los bayameses están poniendo a disposición de las llamas para que alimenten el crisol, la forja de la nación, este patrimonio de cerca de mil 200 inmuebles.

“Son edificaciones que están desde el dia 11 ardiendo, hay algunas más fuertes, de ladrillos, tejas, maderas, estas últimas, más presa fácil de las llamas. No existían en el perímetro de la ciudad construcciones de guano.

“Después de un año de este acontecimiento encontramos un padrón de 1870, en el Archivo Nacional de Cuba, que nos da la idea exacta de cuánto quedó después de la quema y que reporta 160 viviendas en buen estado, el resto de esas mas de mil habían sido presas de las llamas, estaba en ruinas, de manera que la población que se reinstala en la ciudad vive en esos cuartos o caedizos”, describe Mary Aguilera.

Reseña la historiografía cubana, que algunas familias se acomodaron en aquellas ruinas, donde algunos tenían una cochera para guarecerse, apenas un cuarto de lo que sería su antigua casa, y que unas 23 calles de Bayamo fueron destruidas totalmente sin que quedara ningún inmueble en pie.

La destrucción alcanzó la mayor parte de la iglesia parroquial mayor, a excepción de la Capilla de Nuestra señora de los Dolores.

El incendio no solo consume a Bayamo desde el punto de vista habitacional, destruye también la infraestructura productiva, recordemos que está urbe era el centro donde se comercializaban y se realizaban una gama de productos y servicios que se brindaban no solamente a la ciudad, sino a la zona rural.

“Es el asiento de abogados, maestros, clérigos, pero también herreros, agrimensores. Es el lugar donde existen los hornos de cal, los tejares, las confiterías, las academias de música y dónde se encuentran asentadas 143 tiendas de diversos tipos.

“Esta infraestructura productiva es absorbida por el incendio, por lo tanto, esto ocasiona una crisis que no solamente impacta a la ciudad, sino que afecta el sistema de relaciones económicas y sociales que se han tejido durante más de tres siglos de existencia.

Son elementos que nos permiten valorar en su justa medida,  cuánto sacrificaron a la forja de la nación, los padres fundadores.

Refiere la historiografía que las tropas del Conde Valmaseda, ni siquiera encontraron espacio para refugiarse o avituallamiento para permanecer en la ciudad mientras se reorganizaban.

Uno de los soldados al referirse a las ruinas en que quedó la ciudad, reseñó: “Seguimos caminando lentamente. Las casas incendiadas, las paredes hundidas y la madera aún humeantes pocos menos nos asfixiaban. Caminábamos por las brasas sin que se crea hipérbole, y algunas veces apartábamos las vigas y horcones encendidos para facilitar el paso por las calles”.

El hecho, resultó uno de los más importantes aportes al proceso formativo de la nación cubana que catapultó a la ciudad antorcha como símbolo de la entrega del pueblo a una lucha por sus derechos y su soberanía.

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