
Los trabajadores del Central Bartolomé Masó Márquez, ubicado en el municipio granmense de igual nombre, se aprestan para llevar a cabo el proceso fabricación de melaza, previsto para finales de este año, de manera eficiente y con calidad.
“Para ello lo primero que hemos hecho es trabajar rigurosamente las reparaciones de la industria a fin de que esta logre los parámetros de funcionamiento ideales y que el proceso de obtención de meladura sea tan riguroso como el de producción de azúcar, informó el ingeniero Norge Pérez Ramírez, jefe de Fabricación de la agroindustria masoense, quien precisó que para ello se vienen ejecutando un grupo de acciones de suma importancia.
Entre ellos, dijo, el alistamiento del basculador, los molinos, la generación de vapor y por supuesto el área de fabricación, que es donde concluye el proceso.
“Restan algunos elementos por déficit de piezas y recursos, como cartón para junta, electrodos, oxígeno y acetileno entre otros, pero en realidad ya estamos bien avanzados”.
Pérez Ramírez señaló que hasta la fecha se han hecho varias pruebas de calidad de las reparaciones como las pruebas hidrostáticas y las comprobaciones de los sistemas de bombeo.
Las acciones que están faltando, señaló el directivo, se concentran en áreas, como el enfriadero, evaporación y los tachos, pero el compromiso es garantizar las condiciones para el arranque previsto para la segunda quincena de octubre.
De cumplirse las aspiraciones de los trabajadores del central azucarero Bartolomé Masó Márquez de echar a andar su fábrica para finales de este año estarían celebrando con molidas el centenario de esta industria en el territorio.
La reactivación es necesaria después de tres años sin acción y compromisos incumplidos con un pueblo que sigue confiando en el empeño, entrega y consagración de sus trabajadores azucareros.