
Una sensibilidad a toda prueba, un carisma y un infinito amor por su profesión son algunos de los rasgos más distintivos que ilustran la personalidad de la Instructora de Arte de la especialidad de teatro, Mayexis Escalante Socarrás, una intrépida masoense que desde muy niña siempre fijó este objetivo en su vida.
“Desde que estaba en cuarto grado con la profesora Martha Utria me inicié en el mundo del teatro, porque me encantaba eso de actuar y decía en aquel entonces cuando sea grande quiero ser profesora de teatro y así fue, lo logré”, recuerda.
Cuántos sueños emergieron de aquel anhelo, cuánta utopía hecha realidad. Hoy Mayexis es referente entre sus compañeros de la Casa de Cultura Gregorio Castellano Barrientos del municipio granmense de Bartolomé Masó.
“Me gusta eso de enseñar el arte, esa sensibilidad bonita que tienen los instructores que a veces no nos damos cuenta, de ver el mundo diferente y de poder enseñárselos a los demás”, reconoce.
Las mujeres bellas y sensibles no acumulan años, acumulan experiencias, las que le han servido para sumar vivencias y sobre todo satisfacciones en su vida.
“Adoro trabajar con los niños; esas caritas sonrientes, esas miradas pícaras y curiosas me brindan una satisfacción tremenda, como también lo es pararte en un escenario y que el público te aplauda y mucho más que aplaudan a uno de tus aficionados porque lo hacen lindo, eso representa un placer enorme”.
Esta versátil pedagoga, dotada de una vocación artística infinita, ha logrado transmitir sus conocimientos, sueños e ideas a más de una generación de niños y niñas, no solo en Bartolomé Masó, sino en otras partes de Cuba y de otros pueblos hermanos como Venezuela, siempre con la misma satisfacción e infinito amor.
“Es que yo no puedo ser otra cosa que no sea instructora de arte, que no sea educar y enseñar el arte, esta es mi esencia, para esto nací para ser instructora de teatro”.
Con la misma certidumbre con que Mayexis Escalante Socarrás se inició y mantiene sus pasos como instructora de teatro, otros tantos jóvenes de corazón en Bartolomé Masó y otras partes de Cuba se suman a la enseñanza del arte de las tablas.
Un ejemplo de altruismo que perdura en el tiempo y que es muestra del amor y desinterés de quienes, han sido capaces de aprovechar las oportunidades que le ha brindado el país, sacrificarse por conseguir su sueño y ayudar a otros a que también lo consigan.