En un tren, el contraste de sensaciones se apodera de quien optó por viajar en el infalible monstruo Gigante de Hierro. En el mundo interior de los vagones, el tiempo se detiene, sin embargo, la vida pasa ligera a través de las ventanillas.
Algunos deciden encontrarse a sí mismo, mientras que otros comparten lágrimas, mentiras, compasión, furia, ternura y sexo. Para los clásicos románticos en los cristales de un tren, se desdibuja la imagen de un amor que se aleja; nace el desamor sobre rieles.
Viajar en uno de esos vagones y experimentar nuevas experiencias es sensacional; pero para hacer rodar el tren de emociones, detrás del pupú existen personas como Olaida Estrada Silvera, jefa del grupo comercial de la UEB Ferrocarriles Granma, quien lleva 36 años de labor.

“Comencé muy joven en el departamento de Recursos Humanos, y hace 20 años laboro en el actual cargo. Es una responsabilidad que no todo el mundo puede asumir, porque entraña la garantía de la transportación de carga y de pasajeros tanto nacional, interprovincial como local.
“Sin el ferrocarril no sé vivir. Aquí encontré mi satisfacción profesional y personal, pues en la familia de los rieles, conocí al hombre de mi vida, donde emprendimos el viaje en el tren del amor, de cuyo matrimonio tenemos una hija”, subrayó.
Para Olaida en su conversación aligerada, no existen horas de descanso; alega que el ferrocarril es un trencito chiquitico que circula por las venas de quienes se han dedicado por entero a esta noble transportación.
EL CORAZÓN DE LOS FERROCARRILES

“Es como si uno naciera con ese bichito del palpitar de las líneas y el ruido estruendoso de las locomotoras”, refiere Raidis Fajardo Gómez, quien con 35 años de edad, 11 le ha dedicado al mundo de las comunicaciones en la cabina de control ferroviaria, ubicada en el municipio de Jiguaní.
“Evitamos los accidentes. En nuestras manos está en juego la vida de las personas y recursos, porque somos los que tramitamos información para darle vía a los trenes”, enfatiza.
Añade que a través de las operaciones se dirigen y controlan la marcha de los Tranvías.
“Aquí es muy importante la comunicación entre nosotros, los maquinistas, las estaciones colaterales y con el despachador, que se encuentra en Santiago de Cuba.
“Por eso somos el corazón de los ferrocarriles; sin el trabajo de los operadores de movimiento de trenes, sería imposible el traslado por la vía férrea”, resalta.
IMAGEN FERROVIARIA
Moraima Moreno Tamayo, se desempeña como jefa de estaciones en Bayamo, para ella la imagen institucional depende de su colectivo que dirige.

“Le damos la atención a los viajeros, por lo que la ética debe prevalecer para dar una respuesta oportuna”, señala la especialista, quien con 37 años de trabajo, ha sido su único centro, desde la edad de 18 años.
“Atendemos, además, la carga que entra a la provincia y sale para los municipios, así como llevamos todo el control de los trabajadores; es por ello que nos encontramos en el intermedio entre los pasajeros, las entidades que prestamos servicios, y la compleja vida interna de la institución”, apunta.
Riocautense de naturaleza, vino a Bayamo, formó su familia; pero se enamoró de las masas de hierro andante, de los transeúntes, de la entramada construcción y de sus compañeros de viaje, en el tren de la agotadora faena ferroviaria.