
Tal vez no lo imaginó, pero llegar como primera tiradora al conjunto ya suponía un tremendo reto para ella, al estrenarse con El Águila de Veracruz, en la naciente Liga Mexicana de Softbol (LMS).
Así Yilian Tornés Vargas cargaba otra vez con la enorme responsabilidad de encabezar un staff. Experiencias similares ya había vivido en Italia y con selecciones de Granma y de Cuba. Y esta vez, no fue la excepción.
Lo hizo con decoro, desde su primer lanzamiento hasta el último -este 10 de marzo-, coincidentemente, frente al mismo rival, Sultanes de Monterrey.
Sus cinco aperturas, en igual número de encuentros de la semifinal, y sus dos victorias que mantuvieron vivo al elenco en ese play off, para forzar el quinto y decisivo juego, ofrecen una medida de su compromiso con las veracruzanas, de su estirpe de guerrera, porque rendirse nunca estuvo entre las opciones.
Cómo olvidar las ocasiones en que, luego de una discreta actuación, la zurda granmense volvió a pedir la pelota porque se sintió en deuda con la afición y con los seguidores.
Cómo olvidar que trabajó más que nadie en la etapa regular, al sumar 111 entradas, entre otros números que la ubicaron entre las mejores lanzadoras de la justa, incluyendo su liderazgo en ponches (141).
Tornés fue alma y corazón, desde que fue escogida como la primera tiradora en todo el draft. Con sus nueve triunfos, de los 12 que consiguió el equipo en la primera parte del campeonato, aportó como ninguna otra y condujo la clasificación de El Águila.
Su tercera derrota ante Sultanes, este domingo, no melló la plena confianza de los directivos del club y de sus compañeras, por el contrario, afianzó un vínculo para venideras contiendas.