
Iraida Rondón sobresale por sus dotes como operadora de una moderna cosechadora de caña Case 8 800… ante una broma ante su desempeño responde con gracejo criollo: “No seré la bárbara, pero me paseo entre ellas”, así no niega sus aptitudes, pero tampoco las de sus compañeras.
“Sucedió hace dos años, me gustaba ver las máquinas derribando plantones y me entusiasmé, ya desde antes manejaba tractores, pero esto es distinto.
“Me dieron la oportunidad y la aproveché, comencé a picar en KTP, tuve buenos profesores, cuando empecé aquí todo era más complicado, en la actualidad tengo al lado un excelente maestro: Leandris Suárez, pero lo que me falte lo cojo encima de una Case, aprovechando lo mejor posible el adiestramiento.
“En cuanto comenzó el curso para mujeres me llamaron, Arnaldo el jefe de pelotón y José, otro compañero, tuvieron mucha paciencia conmigo, porque estas máquinas tienen 79 comandos dentro de la cabina y debemos conducir hasta con los ojos vendados.
“Nos presentamos más de 30 muchachas, solo quedamos ‘las valientes’, por atrevida todos los días aprendo algo y solo espero la oportunidad de que se nos asignen máquinas solo para un pelotón de muchachas”.
Ahora la mayor parte están integradas al pelotón Primero de Mayo, de la cooperativa de producción agropecuaria Boris Luis Santa Coloma, pero otras laboran en otras unidades productivas del propio Río Cauto y hasta la precordillera de la Sierra Maestra, en Bartolomé Masó, donde someterán otras plantaciones de la gramínea.
Jamás abandonan ternura, feminidad, elegancia del atuendo o modales ¡Son las Marianas! Comienzan a rebautizarlas, aunque ellas preferirían ser llamadas pelotón Vilma Espín, pues se inspiran en la estatura de la patriota.
Ahora esperan su propia maquinaria, mientras tanto perfeccionan el estilo de corte junto a sus mentores, en un minucioso entrenamiento… como tantas otras cubanas cuentan con el apoyo imprescindible de las respectivas familias.
Son flores de marzo, de este día 8 y de las restantes fechas del calendario… son dulces como los tallos que cercenan con alta productividad y airosas, asemejan la elegancia de la flor de la caña que eternizara en versos, Gabriel de la Concepción Valdés, Plácido, uno de los primeros mártires de la independencia cubana.