El joven revolucionario Arístides Viera (Mingolo), falleció el 20 de marzo de 1958, hace 66 años. Hombre de caminar erecto, con paso firme y de fácil hablar.
Empedernido lector de las obras de nuestro Apóstol José Martí. Puso en práctica las ideas aprendidas de sus lecturas que le acompañaron en su diario andar en pos de hacer el bien.
Junto a los obreros de la ciudad habanera de Marianao, a quienes se vinculó estrechamente, conoció y estudió con profundidad el marxismo-leninismo. Trabó amistad con Juan manuel Márquez, hombre de ideas progresistas quien llego a ser el segundo jefe de la expedición del yate Granma, en 1956.
Inició sus actividades revolucionarias contra la tiranía desde el 10 de marzo de mil 952 al realizar un mitin de protesta frente al Cuartel de Bomberos de Marianao, en La Habana, cuando Fulgencio Batista dio el Golpe de Estado.
Esta es la primera detención, a la que siguieron otras muchas, pero nunca abandonó su empeño de luchar por una Cuba libre. La ultima que sufrió fue en mayo de mil 957, es trasladado al Castillo del Príncipe. Allí permaneció por varios meses.
Mingolo como le llamaban tuvo una actuación destacada en la huelga de hambre iniciada el 16 de julio de 1957 en la prisión del Castillo del Príncipe, en Isla de Pinos en respaldo a los presos políticos que sufrían maltrato uniéndose en ello a otros jefes clandestinos, también en prisión, como fueron Faustino Pérez, Sergio González (el Curita), Ángel (Machaco) Ameijeiras, Rogito Perea y Bernardino García (Motica), entre otros.
En su testamento político escrito el 5 de marzo de mil 957 con una alta conciencia revolucionaria, mostró la profundidad de sus ideas: Combato la feroz tiranía que nos acogota y a todas las tiranías y fuerzas retardatarias que en el mundo existen, como es deber de los humildes, y ofrendo mi vida sin vacilaciones ni cobardías con la seguridad indubitable de que solamente incorporándonos todos los de abajo a la lucha abierta y valiente contra ella, lograremos derribarla; conquistando una verdadera independencia económica y política del imperialismo yanqui: padre de nuestros infortunios.
¡Queremos y hablamos mucho de nuestro Apóstol, pero nos empeñamos en desconocer e ignorar sus enseñanzas y sus prédicas! …Los fines fundamentales a que aspiro con plena conciencia de los factores clave y revolución, no se diferencian una molécula de los de Marx y Lenin”.
La noche del 20 de marzo de mil 958 junto a tres compañeros de lucha deciden hacer justicia ante la muerte de Sergio González, (El Curita), Bernardino García (Motica) y de Juan Borrell, quienes habían sido apresados y bestialmente torturados.
Desde el reparto Sevillano salieron Rogito Perea, Pedro Gutiérrez y Elpidio Aguilar. Atacan una perseguidora en 5ta. Avenida y calle 42, Miramar se enfrentan en un duelo con la policía, momento a partir del cual se inicia la persecución.
Exhorta a sus compañeros a que huyan y les cubre la retirada. Él está herido en una pierna, no puede continuar y se interna en un matorral.
Uno de sus perseguidores lo descubre, al verse hostigado grita decidido ¡Abajo Batista! ¡Asesinos!. Su ametralladora dispara hasta la última bala.
Los esbirros al percatarse de que no dispone de más cartuchos se lanzan sobre él y descargan con fuerzas sus armas. Ventura Novo satisfecho de lo acontecido confesó: Hemos eliminado a uno de los hombres más peligrosos de La Habana.
Hombre de acción, Aristides Viera fue un revolucionario de pensamiento claro sobre los males que aquejaban a Cuba. Estudio con interés el fenómeno de la penetración imperialista en tierras de América, afirmando:
“hay que parar en seco el sometimiento y la tutela, madre de nuestros infortunios”.