La Clásica Brugge-De Panne, de este jueves, por la costa occidental de la región de Flandes, en Bélgica, aparece como la próxima parada en el calendario de la granmense Arlenis Sierra Cañadilla y del Movistar Team femenino.

Perteneciente al Tour mundial, de la Unión Ciclista Internacional, la séptima edición de la justa estrena una serie de tres carreras consecutivas de un día por suelo belga, antes de la Gent-Wevelgem (día 24) y el Tour de Flandes (27).

Desniveles y adoquines no serán los principales obstáculos a sortear por las pedalistas; esta vez, el fuerte viento que sopla del Norte se presenta como el más duro escollo, en los casi 156 kilómetros de recorrido.

De tal forma, las velocistas deben ser las principales animadoras, al tratarse de un trayecto eminentemente plano, aunque con el viento cambiando constantemente de dirección, también podría trastocarse –a menudo- el ritmo de carrera, según reflejan algunos medios especializados.

Sin perder de vista ese panorama, el Movistar prescindió para esta ocasión de sus mejores escaladoras y convocó, además, a la francesa Aude Biannic, la versátil danesa Emma Norsgaard, junto a las españolas Sheyla Gutiérrez, Laura Ruiz y Lucía Ruiz.

Esa sexteta se encuentra entre las 20 que ya confirmaron presencia en la Brugge-De Panne, al igual que unas 120 competidoras, entre las que destaca Elisa Balsamo, vencedora en el Trofeo Alfredo Binda, del último domingo.

Entre otras velocistas de nivel, la italiana es la principal favorita, a partir de su segundo puesto en la edición anterior, cuando escoltó a la ganadora Pfeiffer Georgi (SSM-Firmenich PostNL), que ahora se ausenta y no defenderá su corona.

La neerlandesa Lorena Wiebes (SD Worx-Protime), tercera en el 2023, tampoco se inscribió, pues terminó accidentándose en la Nokere Koerse, para confirmar los vaticinios de Balsamo como contendiente de fuerza al título, el que se agenció hace par de años.