
El 8 de abril de 1968, a los 72 años de edad, falleció en La Habana la destacada pintora cubana Amelia Peláez del Casal, quién había nació en 1897, en el poblado de Yaguajay.
Amelia Peláez se graduó, en 1924, de pintora en la Academia de San Alejandro y realizó su primera exposición personal en la Asociación de Pintores y Escultores. Mediante su obra creó un fascinante mundo multicolor, de manera que su prestigio rebasó los marcos nacionales.
Fue autora de otras obras significativas, entre ellas, el mural que se encuentra en el edificio donde funcionó antaño el Tribunal de Cuentas, y que es hoy la sede del Ministerio del Interior, en la Plaza de la Revolución José Martí y también el mural que adorna la fachada del hotel Habana Libre, situado en el Vedado, en La Habana.
Ese mural que se identifica con el nombre de Las frutas cubanas cuenta con 69 metros de largo por 10 de alto. La pieza monumental ha sido catalogada por los especialistas como algo que resume las experiencias de la autora, trabajo que pone de manifiesto sus capacidades como artista.
De Amelia Peláez, puede decirse en forma metafórica, que está presente en el habitual transitar tanto de muchos cubanos, también de personas de diferentes partes del mundo que en forma frecuente u ocasional pasan por frente a esta gran obra suya.
Ella ocupa un lugar entre los clásicos inolvidables del mejor arte cubano y universal. Acerca de la motivación para crear y su modo de sentir y aquilatar la obra artística como tal, Amelia Peláez reflejó en el catálogo de una exposición de Pintura Moderna expuesta en el Círculo de Amigos de la Cultura Francesa:
“No me interesa copiar objetos. Lo que importa es la relación del motivo con uno mismo. Siguiendo este principio he dedicado todos mis mejores esfuerzos durante estos últimos años”.
En la actualidad la residencia donde viviera y creara en la barriada de la Víbora, en La Habana, es una casa-museo en la que se pueden apreciar varias de sus obras.