
En octubre último, la Federación Cubana de Ajedrez anunció que acogerían en su seno a maestros cubanos radicados en el extranjero. Recientemente, en el marco del 57 torneo Capablanca In Memoriam, su presidente, Carlos Rivero, dijo a Granma que se tramita la reincorporación de los grandes maestros Yasser Quesada y Yusnel Bacallao. Ambos fueron invitados a esta cita, pero declinaron por causas personales.
Quien sí está en Cuba es el Gran Maestro Renier Vázquez, como parte del grupo Abierto. Nacido en Holguín, es el primer trebejista que respondió al llamado, incorporándose nuevamente a la Federación de su país, desde finales de 2023.
—¿Qué lo motivó a regresar a la Federación Cubana?
—Nunca quise dejar de jugar por mi país. Por circunstancias de la vida así sucedió. Llevo 22 años viviendo en España. Allá tengo a mi familia.
—Llegó en tiempo para jugar el Campeonato Nacional. Sin embargo, no participó. ¿Por qué?
—Me hubiese gustado, ya que era en Holguín, mi tierra natal. No pude debido a situaciones familiares que me obligaron a regresar a España. Sí juego en el Capablanca, porque ya conocía la fecha con antelación.
—Se habla de diferencias en el tratado del ajedrez en Cuba con respecto a otros países. ¿Es cierto?
No hay mucha. La cuestión es enfocarte en trabajar duro, da igual donde vivas. La generación actual cuenta con los avances tecnológicos que no tuvo la mía. Creo que todos los jugadores que quieran prepararse pueden hacerlo.
—¿Cómo recibió el llamado de la Federación Cubana?
—Esa fue una muy buena decisión. Imagino que en el futuro más gente se incorpore. La vida no te cambia en nada. Simplemente representas a tu país. Guardaba la esperanza de que un día volvería a jugar por Cuba. Quiero hacer realidad el sueño de integrar un equipo olímpico.
—En 22 años, ¿cree que ha cambiado el nivel del ajedrez en Cuba?
—Yo tuve la oportunidad de compartir con la que yo llamo la generación de oro. Si me das a elegir, creo que esa era más fuerte. Repetirla en el futuro puede ser posible por la masividad del juego, y hay buenos maestros.