
El jueves último, Ronaldo Acuña Olivera, presidente de la Asociación nacional del ciego (Anci) en Campechuela, me recordó la visita del ejecutivo a Flor Verdecia Pompa, miembro de la organización, quien convalece de tres operaciones quirúrgicas en el transcurso de abril y mayo.
Historial de una dolencia según Flor…
Muy dada al hablar y la jocosidad, Flor tiene el don de ser escuchada por quienes la rodean… es de esas personas que atrapan con la palabra y sus ocurrencias, que dan sentido a la vida porque mantienen mente positiva para todo.
“El 3 de abril ya no pude aguantar más el malestar que por semanas padecía. Sentía ocupado el estómago, como hartura, por lo que llamé al cuerpo de guardia del policlínico, y le expliqué al médico lo que sentía. Este solicita que vaya en persona para revisarme.
“Llamé a mi hijo y nos fuimos para el cuerpo de guardia. Allí el doctor Danilo me orientó un ultrasonido, así que nos fuimos para Manzanillo. En el hospital Celia Sánchez Manduley, expongo lo mismo y me hacen el ultrasonido, pero no sale nada, solo abundante líquido en el estómago, se sospecha de una obstrucción del catéter que tengo puesto.
“Bueno, le aclaro que por problemas de baja visión en el ojo derecho fui sometida a una operación hace 27 años, una vena rota producía mucho líquido en la masa encefálica. Desde entonces, tengo implantada una válvula de derivación peritoneal, y perdí por completo la visión”.
Flor habla con la mayor tranquilidad del mundo. La vida le enseñó a existir de manera normal. Como mujer y madre se enfrenta cada día a las labores del hogar, con soltura e independencia.
“En Bayamo, en el hospital Carlos Manuel de Céspedes, me operaron el 10 de abril y volvieron a hacerlo el 25, pero las cosas no quedaron ahí, explica, ya en casa, tuvieron que volver a hospitalizarme por severa infección, me sacaron la vesícula y acomodaron el catéter. Ya me siento mejor”. En la inmensidad de sus grandes ojos brilla un rayito de luz, de vida.
La visita
Llego a la casa número 35, entre Calle 11 y Pacho Rosa. Ronaldo le grita a Flor: ¿mira quien llegó? Ella voltea la cabeza hacia la puerta de su casa y pregunta: ¿quién? ¿quién? La saludo y le deseo pronta recuperación y ella responde enseguida: “Estuve más para allá que para acá, pero aquí estoy”, y suelta esa risa suya contagiosa.
“A que no te sabes este cuento, dispara enseguida como para llevarme la delantera. Y sin esperar respuesta, hace su relato. Todos reímos. Y enseguida riposto con dos versiones similares. Más risas y lágrimas. Un transeúnte ocasional pasa por el frente de la casa y masculla bajito, asombrado: ¡y en esa casa no hay una enferma¡
El cubano tiene esa característica, sorprendentemente resucita de sus cenizas, no se deja doblegar. Y Flor, digna cubana de estos tiempos, no se deja marchitar por nada. La visita a la convaleciente Flor se convirtió en una más de sus acostumbradas peñas culturales, esas que por años realiza en su casa.
Su hijo Leandro Aguilar Verdecia, casado y con dos retoños, vive orgulloso de su madre y sonríe complacido cuando la ve reír, compartir y convertirse en la alegría de su hogar.
“Oiga, Motas, pronto tendremos aquí al Mariachis…. Así que de que bailamos, bailamos”, me lanza a bocajarro cuando intento salir. Todos ríen menos yo. Tremendo compromiso, pienso.
Madre, abuela y una consagrada miembro de la Anci, federada y ejemplo de las mujeres creadoras, por años asume tareas de esas organizaciones sin importar su discapacidad. Flor integra la comitiva que por este municipio asistirá en junio próximo a la Asamblea provincial de la Anci y propuesta a delegada a la cita nacional de esa asociación, prevista para fines de año.
El agradecimiento
Con los dos pies ya en la calle, Flor me recalca: “Quiero dar gracias a los neurocirujanos, médicos y enfermeras del sector de Salud Pública en Granma, en especial, al doctor Popa, Erisnel, Liliana, los cirujanos Lorenzo y Yoandra, y a los anestesiólogos, en fin, a todos, quienes demuestran que por encima de las carencias prevale la calidad humana y la responsabilidad de salvar vidas. A ellos, gracias, gracias por seguir aquí”.