Reforma Agraria: Inicio de una etapa nueva en Cuba (II, final)

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Por Aldo Daniel Naranjo (Historiador) | 18 mayo, 2024 |
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El presidente Osvaldo Dorticós y el primer ministro Fidel Castro firman la Ley de Reforma Agraria

En la histórica Comandancia General de La Plata, en la Sierra Maestra, el 17 de mayo de 1959, hace 65 años, el Consejo de Ministros, encabezado por el Comandante en Jefe y Primer Ministro Fidel Castro Ruz, firmó la Ley de Reforma Agraria, donde se proscribía el latifundio en Cuba y entregaba el título de propiedad de la tierra a más de 250 mil familias campesinas que la explotaban en calidad de arrendatarios, subarrendatarios, aparceros, colonos y precaristas, entre otras formas de posesión.

A través de la emisora Radio Rebelde, instalada en La Plata para la ocasión, como en la lucha insurreccional, Fidel expresó: “Puedo afirmar, después de este fatigoso día de trabajo, que nuestro regreso a la Sierra Maestra habría sido uno de los minutos más felices de nuestra vida, al venir a decretar desde la propia Sierra Maestra la Reforma Agraria, si otros sentimientos no hubiesen estado gravitando sobre nuestra mente y pesando sobre nosotros en cada minuto, puede decirse en cada segundo, en que todos los recuerdos de la Sierra Maestra se reunían; recuerdos que son felices por un lado, tristes por otro, cuando se piensa en todos los compañeros que aquí cayeron…”

Declaró que el suceso, precisamente protagonizado en la serranía, escenario de glorias luchas por la redención nacional, venía a ser “como la culminación de un propósito largamente incubado por nuestras mentes”.

“Y se ha logrado en medio de promesas ‒señalaba‒ que se van cumpliendo y que nos permiten la satisfacción de pensar que no han sido en balde los sacrificios que se hicieron en estas montañas, por cuanto nuestro pueblo está recibiendo los frutos que esperaba”.

LA SATISFACCIÓN DEL DEBER CUMPLIDO

Desde la toma del poder, la Revolución avanzaba en sus proyectos económicos, sociales y culturales con el programa del Moncada en las manos, dispuesta a resolver los problemas de la tierra, la industrialización, la vivienda, el desempleo, la educación y la salud pública, entre otros. En la práctica se saneó la administración de los elementos corruptos, se confiscaron los bienes mal habidos, los obreros regresaron a sus puestos de trabajo y cesaron los desalojos campesinos.

Pero donde los debates adquirieron más calor fue en la posible aplicación de una Ley de Reforma Agraria, que proscribiera el latifundio, salvaje y violento, que tenía a más de 550 mil campesinos sin tierra y viviendo en bohíos miserables y otros 100 mil agricultores pequeños, trabajando tierras en calidad de arrendatarios y subarrendatarios.

Además, sería un fuerte golpe a las extensas posesiones extranjeras rurales, como las compañías norteamericanas United Fruit Company y la Cuban American Sugar Mills, las cuales controlaban miles de caballerías de tierras.

Para llevar adelante el cumplimiento de esta ley y administrar los bienes embargados, el Gobierno creó el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), bajo la presidencia de Fidel Castro y como director ejecutivo el capitán Antonio Núñez Jiménez.

A pesar de las tensiones y fricciones entre los grupos en que se iban dividiendo las fuerzas revolucionarias, el pueblo trabajador apoyaba entusiásticamente la necesidad de llevar adelante la reforma agraria. Para el apoyo a esta legislación el pueblo recolectaba dinero el que era entregado al INRA.

De una parte estaba el ala izquierda radical que representaban Fidel y Raúl Castro, Ernesto Che Guevara, Camilo Cienfuegos y Armando Hart, en contraposición al ala derecha, la cual rechazaba todo vínculo con las ideas comunistas y los profundos cambios sociales, personificada en el presidente Manuel Urrutia, el ex primer ministro José Miró y los comandantes Humberto Sorí Marín y Huber Matos.

Por eso, ese histórico día desde La Plata, Fidel expuso: “No se nos escapa que la Ley lesiona intereses; no se nos escapa que la Ley producirá la natural oposición que una medida revolucionaria de esta índole siempre produce. Desde luego que nosotros estamos muy conscientes de su alcance, así como de las ventajas que ofrece para el país, sin dejar de reconocer que afecta intereses”.

Fidel Castro anuncia desde La Plata la promulgación de ley agraria, junto al comandante Crescencio Pérez y el capitán Jorge Enrique Mendoza

La ley en su artículo 1 establecía un límite máximo de tendencia de tierra de hasta 30 caballerías, equivalente a 402,6 hectáreas. A partir de este momento las tierras propiedad de una persona natural o jurídica que excedían ese límite serían expropiadas para su distribución entre los campesinos y los obreros agrícolas sin tierras.

Publicada en la Gaceta Oficial el 3 de junio de ese mismo año, todavía no eliminaba totalmente a un sector de la burguesía agraria doméstica que continuó el dominio de hasta 30 caballerías de tierra. No obstante, los intereses afectados comenzaron a conspirar para destruir la Revolución por su marcada tendencia democrática, popular y antimperialista.

IMPORTANTES INNOVACIONES EN LA AGRICULTURA

En otro momento de su intervención desde La Plata, el Máximo Líder subrayó: “Nosotros entendemos que esta Ley inicia una etapa enteramente nueva en nuestra vida económica y que un esplendoroso porvenir espera a nuestra patria si nos dedicamos a trabajar todos con el mayor ahínco”.

En los grandes latifundios intervenidos no se parceló la tierra para distribuirlas en pequeñas fincas, sino que se crearon granjas del pueblo y cooperativas. El proyecto era que formasen parte de los programas de desarrollo ganadero, cafetalero, arrocero y citrícola de progreso estatal y cooperativo en la agricultura.

Para los fines de realización de la Reforma Agraria, en su artículo 37, indicaba la división del país en Zonas de Desarrollo Agrario, establecidas por el INRA. Las mismas obtuvieron un amplio papel económico y social, al ser encargadas de establecer las dotaciones de maquinaria agrícola, aperos, graneros, almacenes, depósitos, medios de transporte, campos de experimentación y cría, acueductos, plantas generadoras de energía y demás auxilios requeridos por los planes de desarrollo agrario e industrial; y asimismo para crear escuelas con internado para la enseñanza general y agraria, casas de maternidad campesinas, casas de socorro, dispensarios de atención médica y dental, salones de recreo, bibliotecas, campos deportivos y todos los medios de ayuda a la producción y de difusión cultural.

La primera forma de producción cooperativa surgió para solicitar al Estado créditos y servicios, en las que los asociados seguían siendo dueños individuales de sus fincas. Esta unión en el sector agropecuario se denominó Cooperativas Créditos y Servicios  (CCS), donde el peso descansaba en la economía familiar y la gestión de la ayuda técnica y financiera.

El proceso de cooperativización trajo consigo la creación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), el 17 de mayo de 1961, en el marco de su Primer Congreso, con los objetivos de agrupar alos campesinos y sus familiares, cuyos intereses económicos y sociales están en armonía con el desarrollo armónico de la construcción socialista y el cumplimiento de la política agraria de la Revolución.

La radicalización del proceso revolucionario y el enfrentamiento abierto a la oposición reaccionaria, conllevó a la firma de una segunda Ley de Reforma Agraria en un plazo relativamente corto, el 3 de octubre de 1961, la cual redujo el máximo de tierra en manos particulares de 66 hectáreas.

Después, en 1976, surgieron las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA), en las cuales los agricultores aportaban sus terrenos y bienes voluntariamente, disfrutan del patrimonio disponible en común y donde el trabajo se organiza en colectivo. Las distingue una base material y técnica propia‒tractores, camiones, combinadas y combustibles‒ para diversificar y elevar la productividad. Cuando comenzaron a formase las CPA se integraron a las mismas unos 100 mil productores privados.

Más tarde, en septiembre de 1993, con los propósitos de enfrentar el periodo especial en tiempo de paz, surgieron las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), con la conversión de las granjas estatales en una forma productiva más pequeña, organizada y eficiente.

Este nuevo patrón productivo no aparecía escrito en los manuales de economía, aunque asimiló muchas de las experiencias adquiridas en la gestión y manejo de las CPA de los campesinos.

Por supuesto, estas no han sido las únicas formas de tenencia y producción de la tierra. Desde 1993 viene utilizando otras modalidades para el aumento de las producciones agropecuarias como la entrega de tierras ociosas en usufructo gratuito, otras destinadas para el cultivo de café y cacao y las parcelas para el autoabastecimiento familiar.

En sentido general, la tierra en Cuba ha sufrido constates reformas, siempre en beneficio del campesinado y el pueblo en general. Al unísono de las indispensables leyes agrarias, les llevó desde los primeros momentos maestros, médicos rurales, caminos, carreteras, electricidad y ayudas del Estado.

Fuentes: Oscar Pino Santos: La estructura económica de Cuba y la Reforma Agraria (1959);Antonio Núñez Jiménez: La reforma agraria en la Revolución cubana (1960); Artero Regalado: Las luchas campesinas en Cuba (1973); Martha Honecker: Cuba: los protagonistas de un nuevo poder (1979); y Juan Valdés Paz:La Reforma Agraria en Cuba (1990) y Los procesos de organización agraria en Cuba 1959-2006 (2009).

 

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