Buena tierra, buen futuro

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Por Darielis Calzada Alarcón | 4 junio, 2024 |
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FOTO/ Darielis Calzada Alarcón

Tierra erosionada, pocos árboles y escasez de producciones, un panorama que duele con solo recordarlo, fue el paisaje que encontró el campesino Jorge Luis Arcia Suárez, cuando llegó al lugar, hace  más de 20 años.

El conocimiento heredado sobre las formas de sembrar y la aplicación de métodos científicos, fueron clave para salvar el área que Jorge Luis tenía en sus manos, con perspectivas de obtener mayores beneficios, suplir sus necesidades alimenticias y ayudar a la población.

Hoy es otro el panorama en la finca La Victoria, clasificada como polígono demostrativo de conservación y mejoramiento de suelos, agua y bosques, un ejemplo de desarrollo en la agricultura sostenible.

Buenos resultados con actitud positiva

La tierra sirve si el hombre es capaz de hacerla fructificar, dice una conocida enseñanza martiana y la pasión de Jorge al contar los éxitos, demuestra que él está entre los competentes.

Con 2,49 hectáreas (ha), su hacienda La Victoria, ubicada en el municipio de Guisa, es la primera de la provincia con la condición de Iniciada en el manejo sostenible de la tierra, por aplicar medidas para el cuidado del suelo.

El empleo de alternativas naturales le permite, al guisero, obtener mejores rendimientos en las producciones, que llegan, incluso, a estar por encima de la media del país en algunos cultivos.

Según Arcia Suárez, al principio el rendimiento era bajo, sin embargo en la actualidad alcanza resultados mejores. Por ejemplo, el maíz reporta 3,6 toneladas por ha, la papa ecológica 28,8, y el frijol 1,3 toneladas.

Perteneciente  a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Braulio Coroneaux, la finca produce, además, plátano, yuca, boniato,  lechuga, cebolla, cilantro y zanahoria, entre otros cultivos.

Valorar lo que está cerca

FOTO/ Darielis Calzada Alarcón

Desde su llegada al lugar, Jorge Luis se dio a la tarea de mantener el ecosistema y producir con calidad, para ello debía conservar y mejorar los suelos.

En consecuencia, emplea barreras muertas, confeccionadas con piedras, y vivas, de plantas. Para estas  últimas, explicó, emplea vetiver, arbusto que se afianza al suelo, evita el escape del agua, resiste la sequía y repele las plagas.

Entre los proyectos que desarrolla está la lombricultura, con perspectivas de producir, a plena capacidad, mil toneladas, para satisfacer necesidades  de la CCS y de otros campesinos.

“El humus de lombriz se puede aplicar directamente al suelo; sin embargo, es recomendable usarlo de forma líquida,  pues la planta absorbe mejor los nutrientes a través de las hojas que por la raíz, se puede destinar a cualquier tipo de vegetal, es ecológico y sus resultados son observables en poco tiempo.

“Los materiales que utilizaré son madera, ladrillos y guano para el techo de la caseta, pues la lombriz debe estar a una temperatura no mayor a los 26 grados Celsius, un ambiente favorable para que pueda producir”.

Un consejo del campesino es la utilización de los abonos nativos, a través de la materia orgánica, que se puede reciclar desde la propia finca, permiten buenos rendimientos y no dañan el medio ambiente.

“Lo más importante es que se ahorra dinero al país, además, se forman estudiantes de la universidad a los que se les inculca y nutre de todas las prácticas agroecológicas.

“Es una finca  que por más de 15 años no emplea químicos para contrarrestar las plagas, todo se trata con productos naturales”.

Socializar las buenas prácticas es necesario, conservar y mejorar los suelos, evitar la quema, la tala y la contaminación acuífera, son también, medidas con las que se garantiza las cosechas y el cuidado del ecosistema.

La Victoria es un ejemplo evidente de la aplicación de las medidas del  Programa nacional de lucha contra la desertificación y la sequía.

Más allá

Innovar es dar un paso más allá de la ciencia, es  convertirla y llevarla a impactar en el desarrollo económico y social de un territorio.

En este sentido, varias instituciones del municipio de Guisa se favorecen por los resultados productivos de  las tierras de la finca. Jorge Luis Arcia Suárez se dice padrino de algunas, como el hospital y el hogar materno, a las cuales ayuda con frecuentes regalos.

Por los beneficios mencionados es importante contribuir al cuidado de los suelos, reflexiona  Arcia Suárez, mientras camina los campos reverdecidos de su estancia, llena de árboles variados, entre los que se pueden observar aves en peligro de existición, como la cartacuba.

Los especialistas la delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en la provincia, reconocen los buenos resultados al aplicar las técnicas ambientales, por lo que clasifican la finca La Victoria como agroecológica.

Si los suelos están sanos puede cultivarse alimentos nutritivos y de buena calidad, y el campesino Jorge Luis pone todo su empeño, en correspondencia, además, con la jornada por el Día mundial del medio ambiente,  el 5 de junio.

La restauración de la tierra, la contención de la desertificación y el fortalecimiento de la resiliencia a la sequía es el centro de la jornada, que tiene como lema Nuestras tierras, nuestro futuro. Son objetivos del campesino guisero.

Es necesario un cambio en la relación del ser humano con la naturaleza, tomar conciencia de que es la base de nuestra vida en la Tierra, reflexiona Jorge Luis.

FOTO/ Darielis Calzada Alarcón

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