
Mucho de orgullo y satisfacción complementan la personalidad de la masoense Maité Rosabal Tamayo, quien, por más de 30 años y de manera ininterrumpida, ha laborado en el sector azucarero de este territorio.
Este regocijo perenne en su persona no solo se relaciona con su extensa hoja de servicio en la agroindustria más importante del municipio, sino porque ha transitado en todos estos años por diversos puestos de responsabilidad en el frente económico contable, sin lugar a dudas una de las tareas más complejas de cualquier entidad productiva.
Desde que me inicié en estos menesteres allá por el año 1991 he sentido un gran amor por este sector, dice Maité, sentimiento sin el cual hubiese sido imposible transitar por tanto tiempo en el mismo.
Además de este fuerte apego a los suyo y voluntad de superarse continuamente, son rasgos distintivos de esta experimentada masoense la responsabilidad y la destreza en las tareas contables, al punto de descubrir a golpe de vista errores a veces ocultos en sus entramados de dígitos.
“Eso se logra con mucha práctica y mucho empeño, uno tiene que hacer y rectificar varias veces los informes y demás documentos pues ellos son vitales en los procesos de toma de decisión a todos los niveles”.
La figura de Maité Tamayo Rosabal emana un halo de confianza y sabiduría, razón por la que ha sido merecedora de varios reconocimientos tanto a nivel de empresa como del organismo AZCUBA en la provincia.
Con su fuerza de voluntad y entrega ha sabido abrirse paso en una agroindustria azucarera donde abundan ejemplos de sacrificio.
Porque esta firme mujer en más de una treintena de años no ha hecho otra cosa que entregarse por entero a un sector que ya forma parte inseparable de su vida.