
Desde que ganó un lugar de renombre entre las mejores luchadoras cubanas, Yaynelis Sanz Verdecia anhela una y otra vez representar a Cuba en los principales eventos internacionales. De hecho, ese ha sido su principal objetivo.
Aquellos triunfos inobjetables en los I Juegos Panamericanos Junior Cali-Valle 2021 y en el Campeonato continental de Acapulco 2022, la reafirmaron como una de las gladiadoras de mayor proyección en el archipiélago.
Asimismo, pudo convertirse en primera figura de los 57 kilogramos en la selección nacional, hasta conquistar el derecho de asistir al Campeonato Mundial de Belgrado 2022.
Esa participación mundialista –discreta, al perder en su primera presentación- signó un parón en su carrera porque luego llegaron las lesiones y tuvo que hacer un alto en el camino.
Alrededor de año y medio permaneció la oriunda de Media Luna alejada de los compromisos fundamentales de la lucha cubana, como los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador y los Panamericanos de Santiago de Chile, ambos en el 2023.
“Se me escaparon muchas oportunidades por las lesiones; luché en los topes de control lesionada y perdí algunas peleas debido a errores por falta de entrenamiento”, describe.
En cambio, Sanz Verdecia comienza a reencontrarse con su mejor forma deportiva. Hace apenas un mes volvió a vestir la trusa de las cuatro letras en el último clasificatorio olímpico rumbo a París 2024, que acogió la ciudad de Estambul, en Turquía.
Allí quedó a las puertas de su primera incursión en una cita bajo los cinco aros, luego de vencer a sus rivales en los dos primeros pleitos, antes de caer frente a la uzbeka Laylokhon Sobirova.
“Estuve preparándome para ese torneo, al final no conseguí el objetivo, pero debo seguir”, agrega, y parece convencida porque no quiere perder la titularidad en su división: “Esa es mi meta y la cumpliré”, afirma Yaynelis.