Venciendo las adversidades, producimos

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Por Gisel García Gonzalez | 12 julio, 2024 |
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FOTO Agustín Rodríguez Sam

Desde hace dos décadas, Dioris Sariol Quesada llega al surco a las 6:00 de la mañana. Al frente de siete trabajadores, las 11,7 hectáreas que atiende en la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Antonio Maceo, de Yara, reverdecen más allá del horizonte. La Demajagua los encontró cosechando plátano fruta y calabaza, para vender a instituciones educativas y de Salud Pública.

Dioris Sariol Quesada/ FOTO Agustín Rodríguez Sam

Debido a la dedicación y a los resultados del trabajo,  este jefe del cuadrante 4 tiene a su cuidado lo más preciado de la cooperativa en las áreas bajo riego. Incluye una hectárea de frijol mungo, comprometida con la Empresa de Semillas para la exportación y que, junto a otra, atendida por un usufructuario, debe totalizar tres toneladas del grano.

“El trabajo es duro, pero gratificante”, afirma Sariol Quesada, quien obtiene por sus resultados hasta 80 mil pesos de estímulo, al realizar el balance de la cosecha.

Según José Ramón Carrillo Ríos, presidente de la UBPC,  fundada en 1994, en lo que va de año algunos  trabajadores han cobrado más de 150 mil pesos por concepto de estimulación, dada la vinculación a los resultados de los cultivos.

“Los anticipos también se han incrementado, actualmente son de cinco mil pesos”, asegura Carrillo Ríos, quien explica que a los obreros agrícolas se les adelanta un pago mensual, de acuerdo con las posibles utilidades.

El presidente confiesa no tener ningún secreto en sus más de 20 años en la dirección, sino la entrega al trabajo, la previsión y la búsqueda de alternativas.

“En estos tiempos de adversidades y escaseces, hay que aprovechar muy bien los recursos. Al no poder aplicar fertilizantes químicos, que potencian los rendimientos por hectárea, una variante efectiva es sembrar más plantas por área, lo cual nos ha dado resultado con el frijol y el maíz.

José Ramón Carrillo Ríos/ FOTO Agustín Rodríguez Sam

“El intercalamiento también es fundamental, pues permite el aprovechamiento óptimo de los terrenos, sobre todo los bajo riego, y elimina la yerba, porque no deja espacio desocupado. Nosotros acabamos de cosechar calabaza con maíz, y frijol con maíz.

“Cuando están sembrados juntos, las leguminosas, como el frijol, aportan nitrógeno al maíz y al tomate. Otras plantas pueden servir de controladores biológicos a sus vecinas, tal es el caso del pimiento y el ajo. La asociación de cultivos hace más eficientes los nutrientes del suelo, ya que las matas de una familia no deben ser sembradas continuamente en el mismo lugar por más de dos años, a riesgo de la aparición de enfermedades y plagas”.

Carrillo Ríos afirma que las actuales condiciones los han obligado a ser más inteligentes y servirse de los beneficios de la ciencia y la técnica, en lo cual  intervienen sus tres ingenieros, dos licenciados y siete técnicos en las diferentes ramas agrícolas.

En sus más de 200 hectáreas, ocupadas con maíz, frijol, yuca, calabaza, plátano burro y fruta, emplean el humus de lombriz para fertilizante y el ácido piroleñoso obtenido del marabú como bioplaguicida, que ha probado ser muy efectivo.

“La tarea pendiente es incrementar el módulo pecuario, admite Carrillo Ríos. Somos una cooperativa con la que cuenta mucho el municipio, porque siempre vamos a tener algo en producción. Hoy estamos garantizando alimentos para el consumo social, Educación y Salud Pública”.

FOTO Agustín Rodríguez Sam

El compromiso de los 77 socios y los cuatro usufructuarios vinculados a la cooperativa es con la demanda de los yarenses, urgidos de que las crecientes producciones hagan más asequibles los precios.

EL PALMAR

Cuando, a finales de mayo último, el primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, estuvo en la UBPC El Palmar, faltaban por completar 15 hectáreas de cultivos para cerrar los compromisos con la campaña de primavera.

Andrés Castañeda Escalante / FOTO Agustín Rodríguez Sam

Andrés Castañeda Escalante, presidente de la cooperativa, afirma con orgullo que se encuentran cubiertas las 189.5 hectáreas, 154,5 de ellas dedicadas a los cultivos varios, fundamentalmente viandas, hortalizas, granos y frutas.

La labor hoy es otra, pues, a sugerencia de Díaz-Canel,  iniciaron los preparativos para completar un módulo pecuario. Ya tienen casi lista la nave y cuentan con seis ovejas reproductoras, masa que pretenden elevar a un centenar de cabezas, en cuánto estén las condiciones.

“El Presidente me sugirió aprovechar la sombra de los frutales para pastorear ovejos y hemos puesto manos a la obra”, relata Castañeda Escalante.

Las circunstancias productivas de El Palmar han mejorado mucho, desde la sustitución de la vieja máquina de riego, a través de un proyecto de cooperación con Arabia Saudita.

“El año pasado hice apenas tres millones de pesos y en el primer cuatrimestre del actual ya se han hecho seis, cosechando principalmente frijol, tomate y plátano.

El anticipo a los trabajadores en el período anterior fue de dos mil 500 pesos y ahora de seis mil 500”, ejemplificó.

Sus 55 cooperativistas, cinco de ellos mujeres, utilizan medios biológicos para el control de plagas y materia orgánica como fertilizante, al no contar con los insumos deseables. Al igual que José Ramón, Andrés apuesta por el completamiento de las tierras con mayor población de plantas, cosechando más en el mismo espacio. “Da resultado”, asegura.

LA NUEVA CASA

Colorido se erige el asentamiento Antonio Maceo, en la comunidad de Santa Rita, a pocos kilómetros de la UBPC. Más de una docena de viviendas de madera,  ladrillos y cubierta ligera, acogen a los labriegos y sus familias.

Los nuevos hogares responden a la estrategia municipal para resolver el problema de la inestabilidad de la fuerza de trabajo agrícola y desarrollar el bloque productivo número 7.

FOTO Agustín Rodríguez Sam

Maikel Vázquez Matos, director de la Vivienda en Yara, informó que el proyecto forma parte del plan estatal y  beneficia a los socios de dicha cooperativa, quienes mejoran las condiciones de vida.

Están en ejecución cinco casas y pretenden iniciar igual cantidad antes de que finalice el año, para lo cual  emplean, fundamentalmente, recursos endógenos del municipio, informó.

“Ante la escasez de recursos, hemos optado por la madera y el ladrillo, a partir de la producción local de materiales de la construcción. Además, pretendemos urbanizar con aceras”.

Bajo el sol abrazador de este verano, crecen las siembras y los sueños de quienes obtienen de la tierra realización y sustento, en medio de no pocos desafíos,  con la fe en que la victoria exige inagotables esfuerzos y un paso indetenible.

 

 

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