Eduardo Chibás hombre leal a sus principios

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 16 agosto, 2024 |
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El domingo 5 de agosto de 1951, ante los micrófonos de la emisora radial CMQ mientras dirigía una alocución contra la política deshonesta del presidente Carlos Prío, el líder del Partido Ortodoxo, Eduardo Chibás, expresó: “¡Pueblo de Cuba, levántate y anda! ¡Pueblo cubano, despierta! ¡Este es mi último aldabonazo!”. Seguidamente se disparó un tiro.

Once días después, el 16 fallecía una de las figuras más relevantes de la política cubana en la primera mitad del siglo XX.

Se perdía a un hombre íntegro, honesto, carismático, capaz de defender con justeza los intereses del pueblo contra la corrupción y la inmoralidad política. Por este motivo se convierte en una figura pública que denunciaba todos los males que agobiaban la sociedad, a través de la prensa escrita y en un programa radial que trasmitía los domingos.

Chibás había nacido el 26 de agosto de 1907 en Santiago de Cuba. Sus primeros estudios los realiza en el colegio de los jesuitas de Santiago de Cuba y la segunda enseñanza en el Colegio de Belén. A los 17 años matriculó la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana.

Desde muy temprana edad su abuela, Luisa Agramonte, le inculcó el amor por los mambises en su lucha por la libertad de su patria. Aprehendió tanto esa enseñanza en sus ideas antimperialistas que la convirtió en guía para defender la patria.

Su familia se traslada a La Habana en 1923 y  comienza el curso como alumno externo. Realiza viajes a Europa y los Estados Unidos que le sirven para ampliar su visión de otras culturas y civilizaciones.

Es fundador del Partido Ortodoxo, era el preferido para ganar las elecciones presidenciales en Cuba anunciadas para 1952. También proclamó la necesidad de sanear el país y esgrimió como símbolo de combate la escoba, para barrer con la pudrición de aquellos gobiernos entreguistas que sufría el pueblo cubano. Además como lemas tenía «Vergüenza contra dinero» y «Prometemos no robar»

Miles de personas acompañaron hasta el Cementerio de Colón a Eduardo Chibás muestra de un pueblo agradecido a un hombre que representaba la esperanza, ya que toda su vida la había  dedicado a combatir el mal que aquejaba la nación cubana.

 

 

 

 

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