
Ello fue posible con la visita al museo Ñico López, otrora cuartel Carlos Manuel de Céspedes que de manera simultánea con el Moncada se inscribió en la historia patria porque jóvenes cubanos no dejaron morir al Apóstol en su Centenario.
Las actividades del martes 12 estuvieron dedicadas además a celebrar los 98 años del natalicio del máximo líder de la Revolución Cubana, y cumplimentar una visita obligada al museo casa natal del Padre de la Patria, para conocer más sobre el Cupey.
Los tres días de Enfocarte constituyeron 72 horas de aprendizaje, intercambios fructíferos y alecionadoras formas de ver el mundo desde el séptimo arte, abrir motivaciones en los niños participantes y dejar ese halo de agradecimiento de chicos y grandes a una invitación del Cine en Grama para crecer juntos.
Oportunidad de prestar atención y estrechar las manos a los profesores Lázaro Alderete Terry, presidente de la federación nacional y vicepresidente internacional de los cines clubes; así como a Aramis Acosta y Guillermo Ochoa, productor y director, en ese orden, de los estudios de animación del ICAIC.
Estas jornadas incluyeron la premier de los materiales La última cena y Cupey, de los talleres de creación Niños al mando, de Niquero y Los nietos de Lumiere, de Bayamo.
En la mente de niños y sus profesores prevalecerán temas como La producción en el audiovisual, la creación de un audiovisual de animación y las buenas prácticas que ubican siempre a los infantes como el centro de todo.
A ese abrazo del saber se unió el disfrute y deleite de entregas cinematográficas como Fernanda y el extraño caso del mensaje a Figueroa, El guije, La botijuela, Este es mi hijo y La muñeca negra, entre otras.
Igualmente, estuvieron presentes los reconocimientos, las golosinas y el disfrute de payasos, malabaristas, equilibristas y la inolvidable actuación del Coro Ismaelillo.
El segundo taller audiovidual para noveles EnfocArte, con una mirada diferente abrió camino a los saberes, al intercambio y la confraternidad y por ello, y mucho más merece el agradecimiento de todos. Gracias al Centro provincial de Cine y sus dependencias, a los trabajadores del Hotel Sierra Maestra, choferes y quienes contribuyeron a esta realidad.
Céspedes, Martí y Fidel alumbran el camino de estos noveles cronistas cinematográficos que, con manos propias, forjan el presente y el futuro de séptimo arte en Cuba.