
No hace mucho todavía, Yurania García Vázquez recibió el certificado que la acredita como Mejor instructora de danza de la provincia, mérito que se respalda por la entrega, amor y resultados de su labor en la casa de cultura Eduardo Saborit Pérez, de Campechuela.
Meses antes le habíamos prometido una entrevista y con esa noticia la deuda se agigantó, encontrarla entonces, en su andar de aquí para allá llevando alegrías con sus muchachos a las comunidades del territorio, fue cuestión de tiempo.
El acercamiento se produce en la propia institución, donde ejerce como Jefa de la manifestación de danza, durante una de sus clases de bailes folclóricos de los llamados cursos de verano.
De mucho verla en su accionar cotidiano y con la sentencia dada por quienes siguen sus pasos rítmicos, coreografías y bailes: “pone el corazón en lo que hace” y “exige mucho, pero nos da el ejemplo”, iniciamos esta conversación periodística con quien ya tiene el aprecio, admiración y respecto de los trabajadores de la Cultura.
¿Por qué el baile para una niña del barrio La Marina?
-De pequeña tuve inclinación por el baile y el deporte –sonríe ante mí sorprendida mirada- sí, practiqué la pelota vasca (Cancha), pero, repito, me fascinaba bailar y ello me llevó a participar en todas las actividades culturales de la escuela, festivales, eventos comunitarios y hasta en la selección de las Estrellas y luceros y comparsas de los carnavales.
“Cuando estaba en el noveno grado, me presenté a una convocatoria de danza, y a partir de ahí me acerqué a la Casa de cultura, donde me atendió la instructora Elizabeth Bello. En las captaciones fui la única elegida por la cabecera municipal, y comenzaron cuatro años de estudios en la escuela de arte Cacique Hatuey, en Bayamo”- inicia así el cambio para una niña del barrio La Marina.
Al egresar como instructora de danza, en 2007, es ubicada en el Centro Mixto Juan Antonio Rapado Rapado, de Ceiba Hueca; y al año siguiente pasa a la Esbu Juan Castellá Lluch en la cabecera municipal.

Su entrega y compromiso como trabajadora le propicia en los años venideros resultados en la manifestación que ejerce y de ese tiempo se habla de Ruedas de Casino, como Explosión Latina, en las categorías adolescente y juvenil, y cuyo nombre es igual a reconocimientos en el municipio y la provincia.
La forma de emprender y llevar a cabo su profesión permiten que a partir del 2013 pasé a la Dirección municipal de Educación en Campechuela, para ejercer como Metodóloga de Educación Artística, y dos años después es seleccionada para cumplir misión en la hermana República de Venezuela.
Nuestra entrevistada refiere que en octubre del 2021 entra a la casa de cultura Eduardo Saborit Pérez como jefa de la manifestación de Danza, y al poco tiempo queda electa presidenta de la Brigada de Instructores de Arte José Martí Pérez.
“Formé con adolescentes el grupo Nueva Generación, cuyo fuerte es la rueda de casino A lo cubano, aunque bailan de todo; están también Creación Juvenil con jóvenes y adultos, y la comparsa Mezcla perfecta ya con participación seguida de dos años en el Festival provincial de congas y comparsas, de Media Luna.
“Hay dos cosas a resaltar, refiere, Creación Juvenil se creó en el 2009 y aún se mantiene, al igual que la comparsa Mezcla perfecta, cuyo nacimiento fue en el 2011 y siguen conmigo para donde quiera que voy a trabajar.
“Como lo más actual, del 10 de febrero de 2022, nace el proyecto músico-danzario que imbrica a las parejas de Creación Juvenil con el grupo musical Pepe y su sabor latino, presente en jornadas de la cultura en Media Luna, Niquero y nuestro municipio, también en acciones comunitarias, matinés y actividades programadas por Cultura.
Lo que hace con las manos, lo mejora con los pies…
Contrario a lo que reza el adagio popular, Yurania lo que hace con las manos lo mejora con los pies. Su amor y entrega incondicional al baile, a la manifestación que escogió para ejercer y disfrutar (porque cuando se baila se disfruta con todos los sentidos) están motivados por “ellos que son mi inspiración, parte de mi entorno personal y familiar, pues al fin y al cabo somos una familia.
“Mire usted, me confiesa y en sus palabras están impregnadas gotas de amor repartido, nosotros no solo bailamos, celebramos cumpleaños, vamos a campismos, nos asistimos si enfermamos, y aun así -enfermos- no dejamos de asistir a clases…por ello, no son mis alumnos, son mi motivación para existir, para vivir…
“Nuestra comunicación es total y permanente, hemos creado grupos en WhatsApp para estar al tanto unos de otros, pues nos comportamos como amigos, compañeros y familia”- expresa con esa carga de sentimiento que solo palabras salidas del corazón nos hacen tambalear. El Premio de Mejor Instructora de Danza es de ellos, y por cierto, lo compartimos en colectivo, con caldosa, bailes y mucha alegría.
“Mi propósito es continuar trabajando hasta que pueda, con nuevos montajes y proyectos… incrementar los repertorios en las unidades artísticas creadas, porque una nunca se siente satisfecha con lo hecho, siempre hay más por hacer”.
Esta joven de solo 35 años, madre acompañada, es otra de las mujeres empoderadas de Granma y Cuba, digna de admirar e imitar, y como ella misma manifestara: “la razón de ser del instructor es siempre el aficionado, sin ellos no somos nada, ellos son los protagonistas”.